Capítulo 29: Juras decir la verdad

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Capítulo 29: Juras decir la verdad

—Llamen cuando lleguen a casa —le dije una vez más a Chanel, abrazándola con fuerza—, ¿está bien?

—Desde luego. Suerte esta noche, Zanahoria.

Moví un poco la cabeza, y Johnny se estiró para darme un abrazo una vez más, lo cual me envió un escalofrío por la espina dorsal.

—Estoy muy feliz por ti, zopenco.

—Y yo por ti.

Me separé de él con los ojos llorosos, encontrándome con lo mismo en los suyos, lo que por poco provocó que lágrimas comiencen a caer por mi rostro. Me alejé del automóvil y, a mi lado, Nick pasó un brazo por mi espalda, reconfortándome casi instantáneamente.

—Buen viaje —les deseó, y los tres Becker se subieron a Azuleta.

Claire, quien iba sentada en su adorable sillita para infantes, agitaba la manito con fuerza a medida que el coche se empezaba a poner en marcha hasta que finalmente los perdimos de vista.

Summer abrazaba su cuerpo con fuerza y, cuando intercambiamos miradas, la vi bufar con fuerza.

—Ya los extraño.

Asentí. Debido a la propuesta de matrimonio de John, todos habían cambiado sus planes para quedarse una noche más en Nueva York para festejar la ocasión. Sin embargo, ya era el día siguiente, y desde la mañana tuvimos que despedir de a uno a todos nuestros amigos, siendo Heather Richard la primera de ellos.

—¿Y ahora qué? —Les pregunté, ellos se encogieron de hombros.

—¿Quieren ayudarme con mi próximo proyecto?

Arrugué la nariz. Estábamos afuera del departamento de Summer, y aún faltaban algunas horas antes de que tuviese que ir al teatro para la próxima función. Nick, a mi lado, metió sus manos en los bolsillos delanteros de su pantalón.

Nick había decidido quedarse una semana en Nueva York, contándonos que hacía al menos un año que no tenía unas vacaciones decentes y que había conseguido que su padre accediera a darle los días libres.

Summer insistió que se debía a que me extrañaba a mí, pero eso se debe a que ella simplemente no puede evitar ser como es. Yo, en cambio, tenía los pies en la tierra.

Me ofrecí ser su guía turística por cuanto tiempo sea necesario, sin poder evitar emocionarme al pensar en estar con él durante los próximos días.

—Nunca se me ocurrió ir a la Estatua de la Libertad —confesó la noche anterior, y todos lo miramos como si estuviese loco—. Cuando estudié aquí, no se me ocurrió pasar un día entero visitando lugares turísticos.

Patrick y Freddie estaban jugando al Uno sobre la mesita de café de Summer, y a mí me habían prohibido continuar debido a que gané las últimas cuatro partidas, lo que no les cayó demasiado bien a los egos frágiles de mis amigos.

—Eso es como vivir en Los Ángeles y no haber probado esas estúpidas tostadas con aguacate —se rió Summer.

—No temáis, yo os llevaré a conocer a la señorita Libertad —dije en tono galante, provocándole una sonrisa.

—Sé que estás ocupada, no es mi intención molestarte.

—Tonterías, Nicholas. Será como los viejos tiempos.

—Espero que no en sentido literal —comentó Patrick, elevando las cejas de manera sugestiva.

—¿Qué quieres decir? —Preguntó John, estrechando los ojos en su dirección, con Claire sentada en su regazo y el conejito de peluche sentado respectivamente en el suyo.

Drama Kings (DQ #2) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora