capítulo diez.

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En todo este tiempo que conozco a Tatiana, nunca se me cruzó por la cabeza la idea de agarrarla de los pelos y arrastrarla por todo el barrio, tampoco me surgieron las ganas de hacerlo. Pero, ahora ganas sobraban y motivos... no, pero si habían un par.

Siempre supe que mi querida amiga era una chica muy despistada, colgada, que vivía en un delire constante, no le importaba nada. Su esencia que en más de una ocasión quise poseer, porque soy consciente del tipo de mina que soy, alguien que vive estresada, que se preocupa pero no se ocupa, que se vuelve loca ante el más mínimo detalle de algo. Su voz nunca faltó cuando estaba a punto de tener mis colapsos mentales, ella siempre estuvo ahí para decirme que, según ella, yo tenía que 'dejarme volar, fumarme un buen porro y tirarme sobre el piso de mi casa para simplemente hacer nada' de esa forma todo iba a pasar.

Son casi las doce de la media noche, el miércoles está a punto de convertirse en jueves, y con él, yo me voy a convertir en asesina para cometer un crimen contra mi amiga.

Aquella noche que pasé con Valentín fue hace ya una semana, y el mismo día que ocurrió todo eso en su cama, volvió a repetirse en la madrugada del miércoles.

Obviamente que todo esto tiene una explicación, un problema, suceso, acontecimiento, un desliz, un algo que provocó mi furia. Todo esto comenzó en la mañana de este mismo día.

9:27 am.

"Te paso a buscar, ¿querés?, porque necesito contarte algo" decía el audio que me mandó Tatiana hace ya veinte minutos.

Me preocupé bastante, habían varios puntos que hacían florecer mi preocupación. El primero, Tatiana nunca me manda un audio o mensaje avisándome o preguntándome si me va a ir a buscar. Segundo, el necesito a la mitad de la oración me inquieta muchísimo. No usó un 'quiero', sino un 'necesito'.

"Salgo al medio día, si podes venir te lo agradezco"

Me venía al pelo que me preguntara eso, ya que hoy a la mañana me desperté con la cabeza doliendome de una manera impresionante, incluso había pensando en no venir a la escuela, pero el mensaje que me llegó apenas me desperté de Nuria me la bajó muchísimo, hoy teníamos que juntarnos para empezar con el proyecto de historia del arte, teníamos tiempo hasta el viernes y ya era miércoles.

Los tiempos me jugaban en contra y no solo con respecto al proyecto. Era miércoles con lo cual tenía la cena de ese día de semana con Tatiana, habíamos quedado en que yo iba a preparar la comida, esto lo acordamos hace ya varios días con lo cual me había olvidado por completo, la fábrica de pastas cerraba temprano y no estaba segura si iba a poder llegar a tiempo. En la madrugada le había dicho de cancelarla, pero luego pensé y me di cuenta de que no me iba a quedar hasta tan tarde en la casa donde me estaba por dormir, con lo cual le dije que la cena aún seguía en pie.

Destaqué a un culpable en medio de todo ese embrollo, Valentín. Puede ser que yo también fuese culpable porque acepté, pero en mi defensa no sabía que tenía que hacer un proyecto, bueno, si sabía, me había olvidado.

Todos los días entraba a la escuela a las ocho y media de la mañana. Con Valentín palmamos a eso de las siete o tal vez un poco antes. Otros culpables, los besos y toqueteos que nos mantuvieron despiertos, cuando quisimos acordar el sol ya estaba algo arriba y los pájaros medio que gritaban. Cuando me desperté pude leer el mensaje de Nuria, con lo cual ahí me acordé que no solo tenia que entregar un proyecto, sino que claramente, tenía que ir a la escuela. Valentín se despertó a causa de las regañadas que yo soltaba a la vez que iba al living por mi mochila y volvía para vestirme.

telón ; wosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora