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*Narra Vince*

Iba a salir justo cuando abrieron la puerta. Suspiré de alivio al ver a Alina.

─ ¿dónde estabas?

─ necesitaba ver a la psicóloga -me abrazó por la cintura y me miró.- ¿estabas preocupado?

─ por supuesto -acaricié su mejilla.- cuando desperté no estabas, y ya casi es la hora de la comida. Debiste avisarme.

─ fuí a ver a la psicóloga y luego a la universidad, aunque no vaya a dar clases, tengo que ir en el horario de los exámenes esta semana, sabes que el viernes dan vacaciones.

─ está bien.

─ ¿y tú por qué no has ido al trabajo?

─ cómo maté al animal ese, hay un juicio para ver si me ponen cargos o si lo aceptan cómo en defensa propia, no puedo regresar al trabajo hasta que esto se resuelva, ya que no me dejarán llevar la pistola.

Se separó de mí.

─ ¿quién está llevando tu caso?

─ un abogado que buscó Diego, es muy bueno.

─ ¿y si te quieren meter a la cárcel? -sonreí y volví a pegarla a mí.-

─ todo saldrá bien, ya lo verás -le di un beso pequeño.- no vayas a llorar.

─ mami -los dos lo miramos.-

─ hola príncipe.

Se separó de mí, levanté a Liam ya que ella no podría agacharse. Lo abrazó y le besó la mejilla.

Pasaron los días hasta que llegó la cena de navidad, que la hicimos en casa de la señora Charlotte, porque es la casa más grande.
La pasamos muy bien todos.
Alina había estado viendo a la psicóloga estos días, y parecía no pensar en el maldito de Grayson, gracias a dios, incluso se fué de compras con las chicas.

Casi en la madrugada, nos despedimos y salimos.
Papá y mamá iban detrás con Liam, Alina iba de copiloto a mi lado.
Cuando llegamos a casa, cogí a Liam en brazos porque se había quedado dormido.
Subimos y lo dejé en su habitación.
Alina se despidió de mis padres y se fué a la habitación.
Yo hablé un rato con ellos, luego estuve acompañando a mamá en la cocina mientras se calentaba un vaso de leche.
Los dos nos despedimos y ella se fué a su habitación.
Recogí las cosas que estaban en la encimera y las metí en el fregadero.
Cuando me abrazaron por detrás, sonreí.

─ estuvo muy bien la cena -dije.-

─ creo que estará mejor el postre -bajó una mano a mi entrepierna. Me giré a verla, sentía el fuego quemarme. Tenía puesta ropa interior negra de encaje.-

─ tenía ganas de esto, pero no quería incomodarte.

Sonrió y llevó las manos a mi cinturón.

─ lo sé. ¿Te gusta? lo compré cuando estaba con las chicas.

─ ¿que si me gusta? joder, me encanta, te ves muy sexi.

─ que bien, porque he comprado varios más.

Sacó mi miembro.

Segunda oportunidad. |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora