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*Narra Vince*

Alina me acompañó a casa de Diego y de mi hermana, Liam sigue por ahí con mis padres.

Nada más abrirnos, ví lo nervioso que estaba Diego.
Fruncí el ceño.

─ ¿y mi hermana?

─ en el salón. Hola cuñada.

─ cuñado -los dos se saludaron y ella entró.-

─ ¿qué pasa?

─ entra.

Entré y fuí al salón, Alison tenía la misma cara que Diego, sólo que en ella podía notar también el miedo.
Besé la frente de ella y me senté en frente, dónde estaba Alina.
Diego se sentó cerca de Alison.

─ nena, ¿qué pasa? ¿por qué tienes esa cara? -pregunté.-

─ yo...-no dijo nada más y agachó la cabeza, Diego le cogió la mano.-

─ tu, ¿qué? ya me han puesto nervioso.

Levantó la cara, sus ojos grises estaban llenos de lágrimas.

─ Alison

─ estoy embarazada -habló interrumpiéndome.-

Me quedé mirándolos a los dos en silencio.
Al cabo de unos segundos, llevé los dedos al puente de mi naríz, cerré los ojos y solté un suspiro.

─ Vince

─ cállate -le dije a Diego, aún con los ojos cerrados.- maldita sea.

Me paré dispuesto a soltarle un puñetazo, pero Alina se puso delante de mí.

─ no.

─ apártate.

─ no le harás nada.

Fruncí el ceño y recordé la llamada con Diego, ella me preguntó si él me había dicho algo más.

─ tú sabías que ella estaba embarazada, ¿verdad?

Alina apartó la mirada de mí.

─ lo sabías y no me lo dijiste.

─ tenían que decírtelo ellos.

Aparté sus manos de mi cintura y me separé.
Miré a Alison, que ahora estaba de pié llorando.

─ ¿qué dijeron papá y mamá?

─ mamá lo ha aceptado, y papá...está decepcionado.

─ acabas de arruinar tu vida, tu carrera...eres muy joven Alison -miré a Diego.- y tú eres un maldito imbécil, ¿para qué sirven los condones? tú tienes casi treinta años, ella apenas tiene veintiuno.

─ tío

─ tío nada -lo interrumpí.- a mí no me hablen.

Salí de la casa, antes de salir, escuché a Alina disculparse.
En cuanto se puso el cinturón, arranqué.

─ ¿eso es lo que ha hecho Liam contigo? -preguntó al rato.-

─ ¿qué?

─ Liam arruinó tu vida y tú carrera, y cómo no quieres que a tu hermana le pase lo mismo, estás así, ¿verdad?

Aparqué en la acera y la miré.

Segunda oportunidad. |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora