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*Narra Alina*

espera bebé -terminé de ponerme bien la pantufla y lo seguí cómo pude, ya que estaba tirando de mi mano. Al llegar al salón, me señaló a Vince.-

─ ¿ves? ¿por qué mi papi ha dormido aquí y no contigo?

Suspiré.

─ no sé. Vince -lo moví varias veces hasta que se frotó el ojo.- arriba o se nos hará tarde.

─ papi, ¿por qué has dormido aquí? ¿ya no quieres a mi mami?

Él sonrió y se sentó.

─ amo a tu mami, es sólo que me quedé dormido aquí.

─ ¿de verdad?

─ sí mi amor. Mejor vamos a arreglarnos -Vince lo cogió y desapareció por el pasillo. Yo fuí a la cocina e hice el desayuno.-

Después de desayunar, y de que estuviésemos arreglados, Vince fué a la habitación a por el chaleco, lo seguí.

─ ¿por qué dormiste en el sofá sabiendo cómo él se pone?

─ porque no quería incomodarte, aún estás enojada conmigo -dijo poniéndose el chaleco.-

─ eso da igual, yo no te pedí que durmieras en el sofá...anoche...anoche que escuché que saliste, ¿dónde fuiste?

Me miró.

─ ¿a dónde crees que fuí?

─ no sé, por eso te pregunto -suspiré y froté mi frente.- ¿me lo vas a decir, o no?

─ fui a un bar.

─ ¿estuviste con los chicos?

─ no, con unas chicas.

─ ¿y qué tal? -me miró.-

─ ¿en serio?

─ sí, en serio, sé lo que intentas, y no caeré. Puedes estar rodeado por un montón de mujeres y sé que no harías nada.

─ bien -continuó con las cosas del chaleco.- no estuve en ningún bar, fuí a casa de mi hermana.

─ ¡serás cabrón! -me acerqué y le pegué en el pecho con los puños.- y yo preocupada por si se te ocurría beber y volvías conduciendo.

Me agarró por las muñecas y me pegó a él.

─ no haría algo así, así que tranquila -nos quedamos mirando.- perdón por la mentira de hace unos segundos.

─ aunque yo confíe en ti, no puedo evitar pensar en que puedes llegar a mirar a otra mujer.

─ lo sé -soltó mis muñecas y bajó las manos a mi cintura.- no te cambiaría por otra, ¿sabes por qué? -negué con la cabeza.- porque cocinas muy bien.

─ ¡Vince! -volví a pegarle en el pecho, cuando se rió, sonreí.-

─ sabes que es broma -tomó mi cara con sus manos.- no te cambiaría por otra porque eres mi vida, lo intenté varias veces y no pude, tú eres mi dueña, pude estar con cualquier otra y simplemente no pude porque te amo a ti -apoyó su frente en la mía.- eres la mujer de mi vida, mi mujer.

Segunda oportunidad. |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora