Capitulo 3

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Advertencia: Este capítulo contiene situaciones sexuales.

Habían pasado unos cuantos días desde que estoy aquí, todo marchaba a la perfección, Zamasu y yo simplemente nos ignorábamos lo cual hacía todo más sencillo. En las tardes después de terminar mis tareas me enfocaba en mis entrenamientos ya que no quería perder condición física.

Ese día me tardé un poco más en terminar con mi entrenamiento por lo que llegué al templo pasadas las 10 de la noche, me dirigí a la cocina luego de tomar un baño, me encontraba vestida con un top gris, unos shorts tipo licra del mismo color y con la toalla en mi cabeza para evitar que mi larga cabellera goteara.

Al abrir la nevera encontré una porción que Gowasu había dejado para mi, sonreí internamente, sabía que si fuera por Zamasu ya hubiera muerto de hambre.

Comí para luego lavar lo que ensucié y dejar todo en su respectivo lugar.

Me dirigía a mi cuarto cuando al pasar por la puerta donde estaban los anillos del tiempo escuché pasos. Me puse alerta, podría ser Gowasu o Zamasu y este último podría ser un peligro si lo utilizaba.

Me adentré lentamente en la habitación para darme cuenta de que estaba a oscuras, la única iluminación era la luz de la luna que se filtraba por las ventanas.

La recorrí lentamente con la mirada para dirigirme al centro de esta, probablemente el sueño me estaba afectando.

Me dirigí a la salida cuando vi que la compuerta que guarda los anillos del templo estaba semi abierto.
Me acerqué con el ceño fruncido únicamente para darme cuenta que la caja que contenía los anillos estaba intacta.

- Seguramente la compuerta está con problemas. - murmuré para mí luego de cerrarla.

Cuando me dirigía hacia afuera una mano me tomó por la cintura desde atrás, mientras que la otra tapó mi boca, pude sentir mi espalda chocar contra el pecho del desconocido. El grito que emití quedó ahogado en la mano del desconocido.

- Eres una impertinente.- susurró en mi oído con odio.- quiero que te quede claro que siempre odiaré a los humanos ya que nunca cambiarán, son seres egoístas, que solo sirven para crear guerras y destruir la naturaleza.- expresó con odio.

Si la situación fuera distinta habría disfrutado de su cercanía. Que estuviera enamorada de Goku no significaba que se estaba guardando para el. Desde sus 18 años había comenzado a disfrutar de su vida sexual activamente. Pero en esta situación solamente sentía temor y enojo, como se atrevía a juzgarme si ni siquiera me conocía.

En un arranque de furia mordí su mano ocasionando que liberara mi boca. Escuché un gesto de asco por su parte.

- No actúes como si me conocieras, no sabes nada de mi.- dije molesta mientras intentaba zafarme de un agarre en mi cintura.

- No me interesa saber nada de ti, todos son iguales.- dijo mordaz mientras afianzaba su agarre mientras que con su otra mano intentaba sostener mis brazos.- Y ahora te daré una lección de porqué no debes inmiscuirte en mis asuntos.- amenazó.

En un intento por salirme de su agarre comencé a caminar hacia atrás tomándolo por sorpresa por lo cuál calló de espaldas conmigo encima, ignoré este hecho y me incorporé rápidamente adoptando una posición defensiva.

Zamasu rápidamente copio mi acción un poco aturdido, ataqué primero acertando mi puño en su pómulo izquierdo, pero me tomó desprevenida cuando una de sus rodillas golpeó mi abdomen quitándome un poco de aire.

Iba a golpearlo nuevamente cuando la puerta fue abierta mostrando un Gowasu preocupado.

- Estás no son horas de estar despierto .- dijo Gowasu algo molesto.

Lo que el corazón quiere - Zamasu y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora