Capitulo 19

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- ¿Que significa esto?

El Kaio se encontraba de pie en la entrada de la sala con el ceño fruncido demostrando lo molesto que estaba.

¿Con qué derecho pedía explicaciones? Una rabia comenzó a crecer dentro de mi, no tenía que darle explicaciones de ningún tipo.

- No te incumbe.- dije fría, sus ojos se abrieron sorprendidos ante mi tono de voz.

Retomó su postura en cuestión de segundos dirigiendo su atención a Gohan esta vez quien parecía tratar de comprender lo que pasaba.

- Te he advertido que la dejes en paz.- habló el Shin-Jin

¿Que? ¿A que se refería?

Dirigí mi mirada a Gohan tratando de buscar una explicación ante lo que Zamasu acababa de decir.

- ¿No te dijo?- preguntó Gohan.

Negué con mi cabeza.

- Después de lo que sucedió en tu cuarto,- su mirada se dirigió al suelo demostrando lo avergonzado que se encontraba,- Zamasu me golpeó un día que me encontraba entrenando, me tomó por sorpresa pero sabía que me lo merecía, dijo que lo hacía por ti.- terminó con un suspiro de derrota.

Abrí los ojos algo impresionada, es verdad que se lo merecía, una parte de mi agradecía lo que había hecho Zamasu pero eso no quitaba que aún le odiara por lo que dijo sobre mí.

- Oh vaya.- fue lo único que salió de mi boca.

- Creo que me iré.- avisó Gohan, tomando el porta bebé para luego desaparecer de la sala, no sin antes dirigir una tímida sonrisa de despedida en mi dirección la cual correspondí de igual forma.

Zamasu miró el intercambio con odio.

Me di cuanta de que nos encontrábamos solos, los cual solo hizo que me sintiera un poco incómoda.

Le di la espalda con la intención de ir a encerrarme a mi cuarto, al menos hasta que Bulma llegara, pero Zamasu tenía otros planes. Un agarre firme impidió que siguiera caminando.

- ¿Que hacías abrazando a esa escoria?- preguntó con furia en su voz.

- No te incumbe.- respondí fría sin mirarlo.

- Claro que si, ese Saiyajin no tiene derecho a ponerte la mano encima,- aclaró,- eres mía.- afirmó posesivamente.

Escuchar esa declaración ocasionó que la piel se me erizara. Un sentimiento cálido se instaló en mi pecho pero lo ignoré intentando zafarme de su agarre aun sin mirarlo.

- Suéltame.- demandé.

- Tenemos que hablar.- habló firme.

Me giré un poco para encararlo su rostro demostraba seriedad.

- Yo no tengo nada que hablar contigo.- mis palabras destilaban rencor.

Su mirada pasó a ser de súplica.

- Claro que sí, lo que escuchaste ese día n-

Lo interrumpí antes de que siguiera.

- No me importa que excusa barata vayas a inventar.- lo miré con odio,- si no hubiera sido cierto tu voz no habría sonado tan segura y llena de odio.- comenté.

Lo que el corazón quiere - Zamasu y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora