21.-Calma inquietante

27 3 0
                                    

Al subir al carro mis sentidos no se encontraban al cien por ciento y no sería una buena idea pedirle a Terry que manejara, aun todo daba vueltas y moverme no ayudaba en lo absoluto. El sonido de los carros de la policía se acercaba cada vez más.

- Le disparé

 Terry lo repetía una y otra vez, tenía los brazos cruzados y la mirada perdida, tomé su mano y la miré-

- Todo estará bien, te lo prometo.

Fallé un par de veces antes de poner la llave del carro, lo encendí y aun mareado nos alejamos de la casa.

No era una velocidad a la que acostumbraba manejar, pero tenía que hacerlo, no sé qué podría esperarnos. No use la misma ruta, ni siquiera sabía a donde ir.

-Terry

- ...

- ¿Terry?

- Nos matarán.

- No los dejaremos

- ¿A dónde iremos? Sabes quienes son, no se detendrán hasta encontrarnos.

Terry tenía razón una vez más... tal vez, ya todo acabó. No era como yo quisiera que todo terminara pero, ¿qué más puedo hacer? las noticias volverían los ojos a esa familia una vez más, ellos harían lo posible por hacerlos ver como las víctimas.

Y así, al cabo de menos de una hora, nuestras vidas se fueron a la mierda.

-Vayamos a mi casa, no quiero morir en la calle.

Giré en la calle más cercana para dirigirnos a su casa.

Ambos entramos, podía sentirse la ansiedad, impotencia, miedo y nervio de ambos. Terry entro a su habitación, pude escucharla llorar, estaba en la sala y no sabía qué hacer.

La situación me llevo a sentarme una vez más en el sillón, sillón donde había concluido cosas importantes, hoy puedo concluir que nuestras vidas no volverían a ser las mismas, tendría que cerrar Samantha, vender las pocas cosas que tenía y largarme de aquí, no tenía otro plan. Quedarme cerca de la ciudad no era una opción, la seguridad Rockwood me perseguiría por siempre.

Me duele haber involucrado a Terry en todo esto... si no hubiera sido tan insistente con encontrar a Sam, nada habría ocurrido, sería un día como cualquier otro.

Limpié el par de lágrimas que llegaron  mi barbilla, caminé al cuarto de Terry.

La imagen con la que me encontré era demasiado fuerte, Terry sostenía un arma pegada a su sien.

-Terry, calma, quita el dedo del gatillo

- Lo maté, ¡Lo maté!

- No lo hiciste, debes bajar eso

- ¿Qué sentido tiene? en algún punto vendrán, y harán lo que quieran con nosotros, ¿quieres eso?

- No quiero perderte

- Vete, no quiero que veas cuando lo haga

- ¡Terry!, ¡por favor baja esa cosa!

-¡Largo!

-¡No me iré hasta que bajes el arma!

Las lágrimas corrían su maquillaje, jamás había sentido tanto miedo, no quería perder a Terry, mucho menos así.

Me arrodille frente a ella.

-Terry, saldremos de esto

- ¿Y si no?

- Lo haremos, debes confiar, Terry nunca se ha rendido, eres fuerte y... si ambos nos ponemos a pensar, podremos llegar a algo.

Parecía que cada palabra que pronunciaba la hacía estar más segura de soltar un disparo en ella misma.

Sus manos temblaban y sin dejar de llorar me respondía con cerrar los ojos y gritar.

-Terry, suéltala... suéltala.

Terminó por darme el arma, la revisé... estaba cargada y lista.

Si no hubiera estado ahí, la escena pudo haber sido totalmente diferente. Arrojé el arma al closet, subí con ella a la cama. Sentado, recargue mi espalda a la pared y abracé a Terry. Lloró casi una hora, pudo ser más, no lo conté.

Ocasionalmente suspiraba y daba paladas leves en el hombro de Terry, llegó un momento en el que la adrenalina había desaparecido, el dolor de los golpes comenzaba a hacerse presente.

 ­-Terry espera, debo moverme

Se levantó e hice lo mismo, fui al baño, todo daba vueltas otra vez, el dolor en un costado era enorme, puedo suponer que una costilla estaba rota, tal vez más. Cuando me quité la chamarra y la playera, al verme al espejo pude darme cuenta de que tan mal soy defendiéndome.

Una parte de mí, ahora es morada, la cara roja e anchada de varias partes, tenía una ceja a punto de abrirse, varias cortadas en los labios, piernas adormecidas y raspones por todos lados.

Cuando regresé con Terry, notó lo mal que estaba, me ayudo a caminar a la cama.

-No te muevas.

Me advirtió antes de irse.

Un mar de consecuencias cayeron después de una estupidez, buscar a Sam. ¿Dónde estaba Sam? no lo sé, y cada vez me importaba menos, ahora temía por la seguridad de Terry.

Regresó con una toalla y una cubeta con agua, limpió y secó las heridas importantes, esto lo había vivido, de la misma manera pero con Sam. Jaque me golpeaba, yo caía y la chica linda me ayudaba.

Comienzo a creer que meterme con Jake solo funcionaba si había una mujer cerca.

-¿Qué acaso nunca te lo dijeron tus padres?

-¿De qué hablas Terry?

- Cuando peleas, no debes bajar los brazos.

Reí, pero el dolor no me dejaba disfrutarlo.

-Terry, no creo que el guardaespaldas muera, atinaste a su hombro, si la bala dio en el hueso, el maldito estará bien.

-¿Tú crees?

-Sí que lo creo

- ¿Entonces fallé?

Intentamos sonreír, lo intentaríamos hasta que nos encontraran.

Temporada de lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora