24.- Gotas de esperanza

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El regreso a casa fue más silencioso que cualquier otro día, una caja y dos fugitivos del resto de la ciudad. El cielo nublado se veía aún más gris, una lágrima se veía aun más grande, un llanto podía escucharse a cualquier distancia... incluso podía escucharse un par de corazones rompiéndose en un montón de pedazos.

Cada paso que daba alejándome de casa era un sentimiento de culpa.

-Deja de mirar atrás...

"Decirlo es fácil Terry" solo me lo repetía en la mente, no dije nada en todo el camino, no sé si era porque no era necesario, porque lo había dicho todo o porque el hecho de que Sam se arriesgara de esa manera aún me tuviera en shock.

Llegamos a casa y mientras Terry abría la puerta le pregunté con voz muy baja.

-¿Qué haces cuando alguien da la vida por ti?

-Pues... yo cumpliría lo que esa persona me dijo la última vez.

¿Qué debía hacer entonces? ¿Evitar a Terry hasta volver a ver a Sam? ¿Evitar a Sam hasta tener una nueva vida con Terry?

Entramos una vez más a su casa.

-¿Cuándo nos iremos chico?

-Un mes...

-Creo que es demasiado un mes

-Creo que algo bueno nos dejará esperar un mes, tal vez ni siquiera disfrutes que vivamos juntos, puede que me maten antes, puede que todo termine de un segundo a otro... un mes de espera y después lo que sea.

Caminé y guarde la caja debajo del sillón.

-¿Fuimos hasta allá, poniéndonos en riesgo, para que pongas la caja ahí?

-Puede que nunca debió salir de casa

-¿Qué contiene?

-No lo se

-¿¡Porqué carajos fuimos entonces!?

-Es importante para mí

-¡No sabes que tiene!

-Dije, que es importante para mí

-A veces no te entiendo...

Terry se encerró en la habitación, no tenía ganas de intentar tratar con ella, no estaba seguro de si era momento de descubrir el contenido de la caja.

Intenten ponerse en mis zapatos... Un chico idiota con capacidad de matarme, lo hará en cuanto me encuentre, un chica linda dio su vida y tiempo porque yo estuviera bien, otra chica hermosa me salvó una vez y lo haría cuantas vece fuera necesario, hay una caja que me ha perseguido toda la vida, un negocio que podría irse a la ruina y una vida que está en proceso de reiniciarse... no es fácil pensar con tantas cosas encima.

Miré a la caja por varios minutos, como si fuera a gritarme la respuesta, cuando quieres saber de algo no le puedes preguntar a ese algo, una caja no sabe porque es una caja, no podía golpearla y esperar a que gritara respuestas...

La última vez que busqué respuestas encontré esto, un nervio interminable, ¿qué podía perder?

Me hinqué y puse mis manos en la mesa, después la caja

-Allá vamos...

Intenté despegar la cinta que unía los pedazos en la tapa, rasguños le hicieron nada. Sentí la mano de Terry en mi hombro, extendiendo la navaja que antes había usado.

-Disculpa... ten, jamás la abrirás con las manos.

 -Gracias...

La tomé y respiré profundo, Terry se hincó a mi lado, sentía la emoción correr por mi espalda. Atravesé la cinta con la navaja y la corte, repetí y giré la caja.

Temporada de lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora