capitulo ocho: Contigo

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El dolor en mi cabeza me hizo despertar

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El dolor en mi cabeza me hizo despertar. Maldición, jamás había tenido un dolor tan fuerte como el de ahora ¿Resaca? Sí, también la boca la sentía seca y con muchísimas ganas de tomar agua. Restregué mis ojos ante la iluminación del cuarto que me deslumbraba un poco y por la condición se me hacía demasiado molesto. Trate de levantar mi brazo derecho, estaba entumecido, giré y me encontré con HoSeok que dormía plácidamente encima de él rodeando mi pecho, sonreí ante la imagen adorable.

Me gusta verle mientras duerme, no sé, su rostro llenó de tranquilidad... es como si me dijera que todo estará bien, mientras este junto a él. Se movió un poco, fruncí mi entrecejo al verle rojizo la parte de la esquina de su labio al igual que su ceja. Me atreví a acariciarle ¿Quién sería lo suficiente imbécil para hacerle algo así a él? ¿Quién? Cuando lo único que Hoseok podría transpirar es ganas de protegerle, al menos era lo que yo más sentía cada vez que lo miraba.

Me levante un poco más y con mucho cuidado alce su cabeza para poder sacar mi brazo, flexione varias veces para que pasará el hormigueo. Me pare queriendo tapar sus piernas desnudas, observe por unos minutos... son realmente hermosas. Negué despejando cualquier pensamiento.

Entré al baño tomando cualquier ropa del armario. Está vez no me detuve a pensar en nada, solamente me bañe el tiempo necesario para limpiar mi cuerpo, no tenía muchos ánimos de pensar en algo. A parte de que mi cabeza no me lo permitía. Salí después de diez minutos del baño, me vestí con lentitud. Lave mis dientes olorosos a alcohol. Me detuve unos minutos desde la puerta del baño para mirarle un poco más, seguía durmiendo y es que era realmente lindo.

Mi estómago rugió. Me fui del cuarto corriendo a la sala, Ravi seguía durmiendo en el sillón. Parecía que todos lo hacían, eche un vistazo a la hora del reloj que estaba en el mueble: 1:30 pm. Con razón tenía un hambre atroz. Me acerque a la mesa para levantar los pedazos de botellas que rompí a noche.

-Esta limpio.- El olor agradable de una sopa cocinandose hizo que mi hambre se alborotara más. ¿Las de limpieza? Caminé despacio hacía la cocina. -Ah, me espantaste. Creí que era mi fin, que habían venido las de limpieza.

-¿Cómo amaneciste?- Vertía algunos condimentos a la sopa. - ¿Te duele la cabeza?

-Me duele más mi estómago. -Nam sonrió. -¿Los demás?

-Ven aquí.

Dejó de lado el tazón caminando con una grande sonrisa de hoyuelos y ojos ucuosos. Sólo pude corresponder con una sonrisa, no me moví. Me conmovía bastante cuando Jungkook o él me miraban de esa manera, ah podría llorar ahora mismo.

-Un año más, Yoonnie, un año más. Estoy tan orgulloso de ver lo bien que has crecido. - medio leves palmadas en la espalda. -Sin importar lo mal que la estés pasando, sin importar que exista gente que no sepa apreciar lo bello que eres. Sin importar todas esas estúpidas personas, siempre nos tendrás a nosotros a tú lado ¿Entiendes? Jungkook, tú y yo, ustedes mejores amigos y yo el apretado mayor que los deja entrar a fiestas sin beber... Bueno, ya lo último no es así. -Sonreí en su pecho.

Ventajas de ser invisible «YOONSEOK»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora