Epílogo

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Un par de semanas pasaron lo suficientemente atareadas para todos por tener que limpiar, desechar lo que rompimos en el transcurso y buscar un mejor acomodo para que nuestra nueva casa quedara tan cómoda como nos gusta a cada uno

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Un par de semanas pasaron lo suficientemente atareadas para todos por tener que limpiar, desechar lo que rompimos en el transcurso y buscar un mejor acomodo para que nuestra nueva casa quedara tan cómoda como nos gusta a cada uno. Mis hermanos, no ayudaron mucho, se la han pasado yendo de colegio en colegio queriendo encontrar el que más les convenza, son tan quisquillosos en ese asunto.

Por otro lado, me he estado haciendo el tonto con querer pensar algo referente a ellos, no quiero que mi cabeza termine hecha un lio a causa de las tantas teorías que pudiera tener si es que decido ir o no a buscarlos. Acomodar muebles, nunca pensé que fuera una grandiosa manera de distraerte.

Sin embargo, tengo tiempo de sobra para hacerlo y durante estos días, siempre, termino encontrándome con una sonrisa en mis labios y mis pensamientos volando en días de antaño. No puedo mentir y decir que me desagrada recordarles, creo que es la única manera en la que puedo decir que fue real o que están conmigo, pero es egoísta pensar que así como los abandone, así estarán ellos esperando por mí. Terminamos hace mucho.

Justo ahora suena una canción tranquila a través de las bocinas de mi computadora. Me suena tanto a ti. Cada estribillo es como si estuviera describiendo algún fragmento de mi vida con él, es verdad cuando dicen que entiendes la letra porque estás pasando por una situación de tristeza o felicidad y connota esa sabiduría de analista que no sabías que tenías, qué curioso. Pero no debo pensar tanto sobre ello, es mejor no darme la libertad de estar mentalmente con él.

Baje la tapa de mi computador, me quite los audífonos gigantescos y mire sobre mis hombros la hora del reloj de pared, estoy justo para terminar de cambiarme e irme a la fiesta de mi madre biológica. Se va a casar, así que ha organizado una pequeña pre-fiesta para presentarte como la futura esposa del señor Kim.

- ¿Crees que estarás listo en diez? - comentó mi madre que se asomaba por la puerta dejándome ver lo preciosa que lucía con un maquillaje tan natural, pero perfecto para la ocasión. - No debiste entretenerte.

- Lo sé, pero ya he tomado una ducha hace una hora. Sólo terminare de cambiarme, no demoro- prometí.

- Genial, cariño.

Nuestra relación se dio de una manera muy dificultosa para ella, no le permitía estar conmigo o dirigirme la palabra en lo absoluto, pero fue paciente y nunca flaqueo en su deseo de querer tener una agradable relación con el hijo de su esposo. Ahora sé que la quiero tanto que no me permitiré faltarle de alguna manera, es mi mamá y así debió ser desde un principio. Con papá se dio la relación tan fácil que llegue a pensar que mi madre era la que no le permitía verme, eran sospechas, pero nunca he querido preguntar por medio a que sea verdad.

Me acomode el saco negro y metí la playera color vino dentro de mis pantalones de vestir negros. Coloque los piercing en ambas orejas, alborote mis cabellos dorados queriendo buscar un look más casual que otra cosa. Busque los zapatos adecuados y finalmente termine con un poco de perfume. Por unos momentos me quede parado recordando las veces que me arregle para irme a las fiestas de Taehyung, nada de mi ritual había cambiado, siempre hacía exactamente lo mismo a la hora de emperifollarme.

Ventajas de ser invisible «YOONSEOK»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora