capítulo diecinueve: Terminar

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En algún punto de mi vida, mis poderes se habían acabado

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En algún punto de mi vida, mis poderes se habían acabado. Era mortal, ya no era invisible y todos podían ver cada una de las cosas que hacía. No lo sabía, creí que hasta el último momento de lo que fuera, ya sea, una corta o larga vida, ellos se darían cuenta honestamente y que viendo hacia dónde se dirigía mi vida, sería demasiado tarde.

Finalmente, no termine separándome de él a causa de mis padres, en realidad ambos y todo el pequeño grupo se decidió separarse por una sencilla razón que pesa mucho más que cualquier mandato de cada uno de nuestros cuidadores: la muerte de Ravi. Fue difícil comprender que un amigo partió en el momento cumbre de su vida, al fin estaba llegando a ser lo que realmente quería, pero sus vicios no le permitieron realizarse como siempre lo anheló.

Cada uno de nosotros sabía la dimensión y la fuerza en la que influíamos en su partida, cada uno tenía sentimientos de culpabilidad tan fuertes y atados a nuestro corazón que por las noches era difícil conciliar el sueño, sin embargo ninguno buscaba ayuda porque creíamos que era la única manera de pagarle nuestro descuido e incluso desinterés hacia los problemas de nuestro amigo. Nadie sabía que él estaba involucrado no solamente con la marihuana, sino también con otra droga que fue la que termino por llevárselo y es que ninguno se imaginaba la magnitud de su adicción. Todos estábamos metidos buscando la manera de no ser separados de nuestros pares que olvidamos el cariño sincero que siempre nos había brindado Ravi, principalmente a mí que cada vez que lo buscaba terminábamos manteniendo una amena y agradable conversación, que me ayudaba sobre sus propios problemas y era feliz al vernos disfrutar de los momentos de felicidad que teníamos a lado de las personas que queríamos en ese tiempo.
Lloré y me sumergí más a mis vicios y adopte otros nuevos al creerme el único que podía haber evitado su muerte, me etiquete como el peor amigo y era totalmente cierto. Me quedé solo, sin él, sin Namjoon y sin Jungkook. Sin todos y no quería hacer nada para cambiarlo.

No obstante recordaba que pasé con ellos varios momentos de mi juventud, hice otras cosas que no encajaban en el estándar de edades que teníamos, al menos Jungkook y yo. Aquellas cosas las llame "Ventajas" porque de cierta manera fueron las que me ayudaron a salir de un dolor que me consumía al no poder resistir el desprecio de la persona que debería darme todo su amor incondicionalmente. Salí a fiestas, bebí, desarrolle un gusto destructivo por el cigarro, conocí a verdaderos amigos, entendí sobre sus vidas, descubrí mi orientación, me enfrente a ella y principalmente, me enamore.

No me arrepentía en lo absoluto, diría que fue parte de lo que alguna vez alguien debe vivir en el transcurso de los días, meses. Quizás no a la edad de dieciséis, pero es más probable que siempre surjan curiosidades a temprana edad.

Justamente hoy, extraño aquellos días.

No por el alcohol, no por la rebeldía, sino por la compañía de cada uno de mis amigos. Los momentos en los que sabíamos como divertirnos sin estar influenciados bajo alguna sustancia nociva o cualquier cigarro alucinante, nada de eso, simplemente el agrado de estar jugando en un ambiente que pudiera decir que era difícil de romperse. Al menos no en ese ahora.

Ventajas de ser invisible «YOONSEOK»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora