Capitulo quince: Se todo

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Eché el humo por la ventana, di otra calada más y termine por aventar la colilla al suelo apagandola con la suela de mi zapato

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Eché el humo por la ventana, di otra calada más y termine por aventar la colilla al suelo apagandola con la suela de mi zapato. Me acerque al juguetero mirando por todas partes mi atuendo, metí mis dedos entre mi cabellera rubia. Me había teñido el cabello hace unos días por bobadas que se me ocurrieron en medio de una borrachera con Jungkook, todavía no me acostumbraba a verme de un color tan llamativo , pero no se me veía del todo mal.

Busque un par de anillos en la lata que acostumbro guardarlos, me puse dos en la mano derecha y uno en la izquierda, proseguí colocandome una alargada cadena. Volví a verme de pies a cabeza, ya estaba satisfecho con lo que veía en el espejo.
Buscaba verme bien para él, hace un rato que no nos vemos a causa de aquel incidente y lo único que sé es que le extraño como loco, necesito verlo, tocarlo, estar con él, tenerlo a mi alrededor. Lo extraño como un niño pequeño.

Ansioso saque el aparato para poder ver la hora, definitivamente estaba muy desesperado por recibir su mensaje avisando que ya podía ir a su encuentro. Inquieto saque otro cigarro de la cajetilla, lo prendí con rapidez y sentí como la tranquilidad corría al igual que la nicotina manchaba mis pulmones con el humo, me tranquilizó completamente. Cerré los ojos exhalando el aire gris, aspire todo el humo con suma placer. Ahora entendía el por qué de que a Jungkook le gustará tanto.

El celular sonó y sonreí al ver el nombre en la pantalla de mi celular: Te estoy esperando, leí en voz alta. Aquello hizo que mi corazón galopeara desenfrenado. Le quite un poco de cenizas al cigarrillo dándole pequeños golpes, lo lleve a mi boca y aproveche para acomodarme la chaqueta negra con rayas blancas.

Salí del cuarto con sosiego, hace un rato que ya había mandando a la mierda las escapadas por la ventana, ya salía por la puerta grande. Era estúpido creer que mi madre podría darse cuenta.

Salía al pasillo dejando impregnado el aroma, caminaba con mucha tranquilidad por la sala. Me tope de lleno con ella que venía entrando con su maleta de viaje.

-¿Estás fumando?- Si no la conociera bien creería que en verdad se ha sorprendido. -¿Te teñiste el cabello?- frunció el entrecejo. -¿A dónde vas a esta hora?

-Con mis amigos- me seguí de largo pasándola.

-No me dejes con la palabra en la boca, ¿Por qué tienes el cabello de ese color? ¡¿Por qué estás fumando?!

Me detuve, di vuelta sobre mis talones y sople de lado el humo de manera descarada. Lo tire al suelo apagandolo. - Ni siquiera estaba sobrio cuando lo hice, así que no podría darle una explicación coherente del por qué. Dos, fumo porque se me antoja, me gusta.

-¿Qué te sucede? ¿Por qué me hablas así? Merezco respecto,
Yoongi, soy tu madre.

-Sí, lo tiene. Le estoy dando mis explicaciones hablándole de usted ¿No es respeto?- pregunte con voz divertida. -Ahora si me lo permite, tengo que irme.

Ventajas de ser invisible «YOONSEOK»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora