Maniac |H. S.|

Cap. 27

Harry’s POV

He estado llamando a Selena desde hace más de dos horas, no he sabido nada de ella y no contesta.

Marco su número y después de tres tonos me sale la contestadora.

–Hola, soy Selena. En este momento no puedo atenderte pero si dejas tu número te llamaré cuando pueda. Gracias. –Dijo la voz grabada de Selena y luego un pitido me anunció que estaba grabando.

–Selena, cariño, soy yo Harry, de nuevo, cuando escuches este mensaje llámame, me tienes muy preocupado, por favor. –Dije y colgué.

Espere unos minutos y volví a marcar su número pero esta vez sí cayó y luego se colgó.

Estaba desesperado, camino por todo el lugar de un lado al otro, buscando respuestas para su ausencia. Es la décima vez que la llamo y no me contesta.

¿Cómo llegue a este punto? Todo empezó hace unas horas.

Deje a Selena en su departamento y conduje hasta el centro comercial para comprar unas cosas y recordé que en unos días cumpliría unos seis meses saliendo con Selena. Entonces entre en una tienda que sé que le gustaba.

Llamada Victoria Secret con cosméticos. No es que Selena sea plástica pero le gusta arreglarse para la ocasión. Me acerqué una mujer me pareció conocida y me le acerqué.

–¿Disculpes? –aquella mujer se dio la vuelta y entonces me di cuenta. La mamá de Selena.

–¿Harry? –preguntó consternada. –¿Qué haces aquí?

–Vine a comprarle un regalo a Selena para nuestro aniversario. ¿Y usted qué hace aquí? –pregunte con una ceja en alto.

–Yo estoy trabajando aquí por unos días. Entonces…

–Bien. –Me di la vuelta y sentí sus manos detenerme.

–Te puedo ayudar a elegir algo para ella. Soy su… madre.

La miré irónico. –No.

–Por favor. –Me rogó y suspire pesadamente.

–Bien. Pero sigue sin caerme bien. –Digo algo molesto y camino al mostrador.

Hay cientos de collares y pulseras, pero quiero algo especial, que muestre mi amor por ella y no es exactamente un anillo. No quisiera adelantarme al tiempo aunque no me molestaría pedirle que fuera mi esposa.

–Aún no. –dijo su madre al notar que veía los anillos. –Debes estar seguro.

–Lo estoy. –Admito mirándola y ella levanta una ceja.

–Pero mi hija no. Está muy joven. Puedes esperar a un momento exacto. ¿Para qué es el regalo?

Dude en contestar pero termine haciéndolo. –Aniversario de seis meses.

Ella me miró sorprendida. –No… No sabía que llevaban tanto tiempo.

Me encogí de hombros y asentí. –Hay muchas cosas que no sabe. –Dije. –La cambio por otra familia. –Murmure casi inaudible.

–¿Disculpa? –pregunto ofendida.

–Nada. Qué le parece eso. –Señale un collar con signo de infinito y una pulsera de oro.

Ella saco el collar de oro y la pulsera. Lo acerco a mí y sonrió. –No tienes tan mal gusto. –Dijo sonriente.

–Lo quiero. –Dije y lo lleve al mostrador para pagar y pude ver dos piezas de rompecabezas blanco perlado y bordes dorados. Se lo señale y ella lo sacó.