Cap. 8

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– ¿Qué haces tú aquí, Styles? –dice Zayn  molesto, sus ojos se oscurecen y su mentón se tensa.

Esto no es bueno.

–Lo mismo digo, Malik– Harry se tensa igual que Zayn.

–Largo– amenaza Zayn.

– ¿Qué te pasa, Malik? ¿Quieres que te vuelva a partir tu cara de niño de papi? –advierte Harry.

–Inténtalo.

Harry se acerca a Zayn y lo toma de la camiseta, Zayn trata de moverse, pero Harry es más alto. Este empuja a Zayn contra el árbol y al cuerpo caer, comienza a golpear con su pie, el estómago de Zayn.

– ¡Basta! –advierto, pero parece no importarle a Harry. – ¡Harry, basta!

Sin pensarlo, me escabullo entre ambos y logro abrazar a Harry, deteniéndolo. Este se tensa y se detiene por completo, rodea mi cintura con sus brazos y me aprisiona contra su pecho de manera protectora.

–Lo siento– murmura y lo empujo hasta estar lo suficientemente lejos de Zayn. Me giro y no alcanzo a ver a Zayn, miro de nuevo a Harry y golpeo su mejilla lo más fuerte que puedo, haciéndolo acariciarla y mirar hacia otro lado.

– ¡Auch! –dijo acariciando su mejilla una y otra vez.

–Eso fue por golpear a Zayn– lo abofeteo de nuevo –Y eso es por mandarme al diablo.

Por un momento me miraba confundido pero su ceño fruncido se suavizo mientras sus labios atrapaban a los míos en un suave beso apasionado. Me acercó a él rodeando mi cintura con sus brazos, sus labios comienzan a moverse más rápido mientras su lengua y la mía pelean una guerra.

–Basta– susurro mientras nuestras frentes aún están unidas, Harry niega y me vuelve a besar, cortándome la respiración. Esta vez el beso es más exigente y más apasionado.

–Lo siento– dice separándose sólo un poco.

– ¿Por qué? –murmuro.

–Por esto– lo miro confusa –Esto no puede ser, adiós.

Deja un último beso en mi frente y se aleja hasta desaparecer de mi vista.

No puedo creerlo, no logro entender, primero se enfurece porque me ve con mi padre, golpea a Zayn, me besa y me acaricia de la forma en que sólo él sabe y ¿Se atreve a decirme…Adiós? ¿Qué demonios le pasa?

Regreso con Zayn y este ya no está, sólo se encuentra un espacio vacío donde estábamos sentados. Camino hasta el edificio y entro al departamento cerrando de un portazo, mi padre me mira confuso y dice algo, pero lo ignoro totalmente, simplemente no me hago la idea de lo que Harry me hace sentir ya no lo sentiré más.

Tomo mi teléfono y me subo a mi cama, busco el número de Demi y comienzo a escribir.

¿Alguna fiesta esta noche? Selena.

¿Cómo sabías? Genial, ahora eres síquica  –Demi.

No. ¿Vas a ir?  –Selena.

Sí. Paso por ti a las 8:00 Demi.

Guardo mi teléfono y cierro mis ojos pensativa, pero termino cayendo en un profundo sueño.

Demi se estaciona frente al club donde se haría la fiesta. Bajamos y entramos por la parte de atrás donde nos esperan unos amigos de Demi, que nos ayudarían a entrar.

–Gracias– dice Demi a los chicos, estos asienten y se alejan de nosotras. Caminamos por el medio de la pista hasta llegar al bar, donde ordenamos una simple cola para cada una.

Después de unos minutos siento una intensa mirada en mí pero no sé de donde proviene. El tiempo pasó rápido hasta que Demi decidió bailar junto a un chico. Yo preferí quedarme.

– ¿Qué haces aquí? –pregunta una ronca voz y me giro en la silla para mirarlo.

Lo sabía.

–Eso no es de tu incumbencia– digo y me giro dándole la espalda, pero este me gira haciéndome verlo directamente a los ojos.

–Vamos– invita pero niego  –Este lugar no es bueno para ti, Selena– susurra en mi oído.

– ¿Y a ti que te importa? – pregunto molesta.

–Mucho, Selena. Todo lo que te incluya me importa mucho– dice sin pensar, mis ojos se abren como platos y niego con la cabeza sarcástica.

–No me iré.

–Sí, si lo harás.

Me levanta de la silla subiéndome a su hombro mientras rodea mis piernas con un brazo. Al llegar a la motocicleta me baja y me hace subir. Pero antes de decir algo me besa suavemente, sus labios saben a alcohol.

–Aléjate de ella– dice una voz que empuja a la figura fuera de sí, haciéndolo caer al suelo.

–Harry– digo y me atravieso antes de que destroce el rostro de Niall a golpes.

–No– me empuja –Te tocó y sólo yo puedo hacerlo.

– ¡Yo no soy el maldito trofeo de nadie! – digo furiosa y Harry me mira sorprendido.

–Eres más que eso, Selena. Eres mía.

Maniac |H. S.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora