Cap. 28

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N/A: Bueno chicas, aquí el antepenúltimo capítulo de esta historia, eso quiere decir que faltan solo dos capítulos más antes de que la novela termine.

***

Ríe. –Bien, si eso es lo que quieres, no me importa. Por cierto, Harry. ¿Cómo está Gemma? ¿Le cayó bien aquel pastel rosa que le envié?

– ¿Pastel rosa? –pregunté y entonces entendí de qué se trataba todo. –Eres un…

–Hey. –Interrumpió. –No te recomiendo meterte conmigo, Styles. No querrás encontrar a tu novia llegando por pedazos a tu puerta ¿o sí?

–Te mataré, lo juro. Voy a matarte como te mereces. Una bala te atravesará y ni tú ni tus matones podrán hacer algo. –Dije respirando fuertemente.

–Que gracioso, Styles. –Dijo riendo. –Escucharon, dice que me va a matar. –Dijo a otras personas y estas rieron.

–Lo haré.

–No estoy tan seguro. –Me aclara.

– ¿Y por qué no?

–Si me matas… –ríe. –No sabrás dónde está tu novia y nunca la volverás a ver. –Dijo ahora más serio.

Suspire. – ¿Qué quieres? Haré lo que sea necesario para recuperarla… –dije absolutamente seguro de que no rechazaría esa oferta.

–Te llamaré en cinco minutos. Y quiero que, tengas algo bien claro, Styles. Estos pueden ser los minutos, horas, días o incluso semanas más agonizantes para ti si no cooperas, la verdad es que tu novia es muy linda como para tener que picarla, pero no me subestimes, sabes de qué soy capaz y eso incluye llevarte yo mismo cada sema, un nuevo pedazo de su cuerpo, sabes que lo haría y lo haré de ser necesario. –Colgó.

Dios. Dios. ¡Dios!

Lo mataré, juro hacerlo. Y entonces, tendré a Selena, en mis brazos de nuevo. Por más que traté de no descansar, me senté en el sofá frente a la Televisión y la encendí, esperando la llamada de vuelta. Pero no llegó nada más que un mensaje.

No llames o escribas a nadie. A la policía o a cualquiera que llames, dejará en un mal estado a Selena. Si lo haces, te dispararé en la cabeza y a tu novia también, sabes cuan peligroso puedo ser y no te recomiendo jugar con mi paciencia, Styles. Por tu propia seguridad.

Arroje el teléfono y luego me levanté recordando que me llamarían. Lo tome del suelo y por suerte solo se le había salido la batería. Lo acomodé y volví a mi lugar en el sillón, traté lo más posible de no dormirme.

Había estado toda la madrugada despierto, pero sin darme cuenta, el sueño me venció.

– ¡¿Harry?! ¡¿Harry?! –gritaba aquella dulce voz, aterrorizada. Me giraba para mirar a mis alrededores pero no encontraba más que gigantescos árboles que se formaban al horizonte. Caminaba en busca de esa voz que me llamaba pero no encontraba más que sombras y plantas por doquier...

Por mis ojos comenzaron a caer lágrimas de frustración al no poder hacer nada.

–¡Aquí estoy! –trataba de gritar pero solo salía un murmullo. Como si hubiese perdido mi voz. Trate de correr pero algo me ataba al lugar.

Parecía un lugar sombrío, al principio me encontraba corriendo alegremente detrás de Gemma y Selena, por un hermoso laberinto de árboles pero de un momento a otro, el clima cambió. El sol se ocultó y la neblina invade el suelo, dejándome poca visibilidad para buscar a Selena y a Gemma. De pronto comienzo a correr en su búsqueda y solo logro escuchar la voz de Gemma, llamándome. Logro salir del laberinto y me encuentro con una vieja casa, parece embrujada pero la voz de Gemma atrae mi atención y viene de ahí. Comienzo a correr para llegar a ella pero mi voz disminuye y la de ella igual. Ahora comienzo a escuchar la voz de Selena, está afuera. La casa comienza a temblar, y el laberinto parece desaparecer.

Debo tomar una decisión.

– ¡Harry! –grita Selena de lo que parece el lado del laberinto.

– ¡Harry! ¡Hermanito! Ayúdame… a vengarme –dice Gemma bajando las escaleras de aquella casa vieja y abandonada. Llega a mí y puedo ver cierta oscuridad en sus ojos, no es la Gemma que yo conocí.

– ¿Quién eres? –pregunté algo aterrado. Era como si alguien se hubiese robado el cuerpo de mi hermanita y lo hubiese  convertido en algo malo. Aquel brillo de inocencia en sus ojos había desaparecido. Esta no era Gemma. La pregunta es… ¡Quién es?

–Soy Gemma. –Dice inocente y de pronto la voz de Selena se escucha lejos.

– ¡Harry! ¡Ayúdame! –gritaba una y otra vez, Selena. Me gire a mirar hacia dónde provenía su voz y sentí las manos de Gemma en mi brazo. La mire y las bolsas en sus ojos crecieron, su cabello se volvió tan oscuro como la noche, sus labios rojos como la sangre. La piel parecía nieve y sus ojos eran negros, iluminados por esa macabra sonrisa que llevaba en su rostro.

–No irás, Harry. Debes cuidarme a mí. –La figura tiro de mí hacia ella pero logré zafarme antes de que la puerta de la casa se cerrara y logré salir.

– ¡¿Selena?! ¡¿Dónde  estás?! –preguntaba mientras su voz se volvió mayor y Gemma lograba acercarse más a mí.

–Harry… –escuche su voz detrás de mí y vi a Selena, era hermosa y resaltaba por todos lados. Sus cabellos caían en ondas por sus hombros y llevaba puesto un vestido dorado. Mi pesadilla se había vuelto un sueño.

–Selena…– dije acercándome lentamente pero Selena solo me sonrió y se alejó un paso de mí.

–Bienvenido, Harry…– dijo con cierta sonrisa arrogante en su rostro. Una sonrisa que jamás había visto en Selena, ni en sus peores momentos.

– ¿Bienvenido? –pregunté confundido ante la situación.

–Sí, bienvenido…a tu perdición

Desperté por esa canción y era mi teléfono sonando. ¿Quién había cambiado mi tono?

Tome el teléfono y contesté la llamada.

–Bien… –dijo e hizo un ruido. –Harás lo que sea por recuperarla ¿no? –pregunto. Parecía interesado y conociendo a Dom, esa era mi señal, la oportunidad perfecta para recuperar a Selena antes de que Dom le haga daño.

Asentí y luego recordé que no podía verme. –Sí. Lo que sea.

–Bien, Styles. Porque para eso, tendrás mucho que hacer. Estas son las pautas. Quiero doscientos mil dólares en efectivo, billetes no marcados y si me traicionas Styles, verás mi peor lado.

–No lo haré. –Trato de crear confianza.

–Si la quieres con vida, vendrás, tienes hasta la medianoche. –Es algo pronto pero haré lo que este en mis manos y más por tenerla a salvo conmigo.

–Bien. Quiero hablar con ella. –digo molesto.

– ¡Harry, no! No le des dinero. –gritaba Selena desde el otro lado de la línea. –Estoy bien, no pierdas tu tiempo. Vete, aléjate todo lo que puedas, ve a un lugar donde él no pueda encontrarte y cuando se canse de buscarte, me dejara ir.

Dom parece acercar su teléfono a Selena Pues su voz se escucha más cerca.

– ¿Selena? –pregunto.

– ¡¿Harry?! ¡Harry! –dice llorando entre suspiro, gemidos y sollozos. No puedo creer lo que pasa. No puedo si quiera imaginarme lo que Dom le habrá hecho, espero que nada o me encargaré de que accidentalmente su auto deslice por toda la carretera hacia un acantilado.

–Selena, amor, estarás bien, voy por ti… Te amo. –Jure. Esa sería mi última palabra y la cumpliría así fuera lo último que hiciera.

Dom parece alejarle el teléfono y ríe. –Tic, tac. –Dom hizo como un reloj y golpeo algo produciendo esos sonidos. –Se te acaba el tiempo, Styles.

Maniac |H. S.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora