Versos.

Verso. 20

Verso. 20: Memorables.

Hoy he vuelto a estar rodeada de personas, pude socializar y admito que no estuvo mal, hablé con varias personas (todos eran ancianos) y me   agradó.

Charlar con ellos en ocaciones era muy divertido y no podía evitar reír, también me nutría, ellos saben cosas y no hablo de lo intelectual de lo que aprendes en la escuela o la universidad hablo de historia, de hechos, anécdotas, experiencias, lecciones vividas y muchos, muchos consejos.

Ellos ya tienen todo un camino recorrido que está por llegar al final donde ya no hay más pavimento, donde no pasan mas trenes, donde la vida se apaga y los cuerpos mueren. Saben tantas cosas que nosotros ignoramos y vivieron tantas otras históricas que ya nunca podremos ver o tocar, ellos tienen la historia marcada en su piel, las lecciones en las arrugas, la experiencia en los ojos.

Fue un momento único y no pude evitar trasladarme y pensar en como fueron de jóvenes a la edad mía, como se escuchaban sus risas o como vivían, como celebraban, como convivían. Me trasladé a cada una de sus historias que aunque fueran reales o falsas te hipnotizan y te atrapan. Sentí alegría de algunos, nostalgia de otros, amor y pasión, anhelo y añoranza en cada relato, en otros había ira y tristeza pero todos eran igual de buenos.

Vi a este personaje de pie que me dejó impactada y tengo que plasmar en letras lo poco que pude recolectar de su presencia. Alto y delgado, de piel morena, facciones duras y suaves a la vez, aspecto descuidado (como el de un aventurero) llevaba gafas oscuras y un maletín ya viejo y desgastado en el que llevaba no se qué, un periódico en la mano que abría y cerraba mientras hablaba y hablaba de manera elocuente, alguien que sin duda ha vivido la vida y la sigue viviendo (haya sido de forma mala o buena).

No sé su nombre apenas su edad - 54 - dijo, aunque para ser sinceros aparentaba mucho más, sin duda un personaje memorable para mí quien me brindó un café y una sonrisa al esperar en una larga fila que parecía no tener fin.

- Gracias, ya tomé - mientras sonreía le contesté, asintió con su cabeza y brindó en mi honor  (o eso sentí yo) como sea, personajes memorables que cuentan miles de historias eso son los ancianos.

D.P.M