Capítulo 16

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Ya había amanecido, el sol había desaparecido toda la oscuridad que había allí. El techo tenía un abierto y supe que de ahí había caído la madera que golpeó la cabeza de Charly. Unos minutos después del shock fui al cuerpo de Charly y no fue hasta que sentí su leve respiración, sus pulsos bajos y me di cuenta de que no había muerto cómo creí. Rompí las mangas de mi vestido y le até los pies y las manos. Me apresuré a subir por las escaleras sin hacer ruido.

Había dos pasillos, tomé el que estaba a mi derecha, busqué en las habitaciones principales: Nada. No había nada en ellas. Me dirigí al pasillo izquierdo y un charco de sangre que había debajo de la puerta fue lo que despertó una alarma en mi. Giré el pestillo lentamente hasta que la puerta se abrió y la madera crujió. Estaba vieja y podrida. Aquella cabaña se estaba cayendo en pedazos, las maderas ya no aguantaban más, este lugar era de unos veinte años o más.

Entré y me llevé la peor sorpresa.

En aquella habitación estaban Miley, el tío Axel y mi madre. Atados con sitas negras y una venda cubrían sus ojos y bocas. Fui hasta mamá y me incliné para desatar la cinta que ataban sus pies. –Soy yo, Charlie y voy a sacarlos de aquí, ¿de acuerdo?– dije cuando mamá se removió pero también comprendí que no era por miedo sino más bien por dolor, tenía una herida en el muslo, me asustó ver la sangre seca y su herida abierta sin siquiera señas de empezar a cicatrizar, era reciente. Se había estado desangrando y a Charly no le importó. –¿Era de humano atar a una persona herida capaz de desangrarse y morir?–Definitivamente no.

Mientras desataba a mamá caí en cuenta de que alguien faltaba.

Melody.

Sentí un golpe seco en la cabeza y todo se volvió negro.

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Caí desmayada cuando Melody me golpeó.

Un dolor intenso.

Mi cabeza dolía, estaba atada al igual que los demás, en el suelo con las manos tras mi espalda atada con mis manos. Me dolían todas las partes del cuerpo, un olor a sangre me mando arcadas, escupí sangre y forcé para soltarme de aquella estupida cinta, más fue en vano, me mantuve quieta por que al moverme solo provocaba más dolor del que ya había, los demás parecían estar dormidos y observé que la única que no tenía vendado los ojos, era yo

Unos tacones provocaron un sonido con cada pisada, eran pisadas firmes y a la ves terríficas. Levanté mi mirada poco a poco hasta posarla en la persona que había entrado: Charly. Diestras de ella, Melody con un una pinta tan malvada como la de Charly, –¿Desde cuando había sido parte de ella, si me mostró lo contrario? Me negaba a creerlo aún viendo con mis propios ojos que era la realidad, melody también era del clan.– Pedro y un chico de ojos negros y piel morena también entraron allí.

Mis ojos se abrieron como platos. Sorprendida.

Se veía literalmente bien, no entendía como es que se había recuperado tan fácilmente, a menos que... –¿Cuanto tiempo llevé inconsciente?– !maldita sea!

Y como si leyera mi mente, respondió:
–Después de casi 9 horas, por fin despiertas. ¡Bella durmiente!– dijo entre carcajadas. Su brazo estaba vendado y recordé la mordida que le había dado la madrugada anterior, llevaba un vestido largo, negro y una capa cubría su cabeza.

Creí que se desangraría dentro de poco tiempo, creí rotundamente que de esta no se salvaría, pero me equivoqué. Definitivamente.

–Debiste terminar el hecho.– volvió a decir mirándome fijamente.

–No soy un monstruo como tú, aunque asesinarte sería recibir homenaje en el país.– escupí con odio.

Le até de manos a pies pero olvidé algo: No estaba sola, sus acompañantes andaban cerca no demasiado lejos como para no salvarla. Que tonta fui.

¡Maldita sea! quería borrar esa puta sonrisa del rostro de melody.

Mi hermana es un monstruoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora