Capítulo 19

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Antes de que Charly empezara su terrorífica descripción de cómo asesinó a nuestro padre, varios recuerdos pasaron por mi mente... papá llevándome a la escuela, yo tomando su mano sin soltarla un segundo, siempre tuve miedo al tránsito, siempre tuve miedo a ver sangre, no podía estar sin papá, hasta que un día, un simple día no volví a ver su rostro, no volví a escuchar los cuentos que me hacía antes de dormir, jamás volvió a estar conmigo, a dormir conmigo en esas noches en que las pesadillas se negaban a dejar mi mente libre, Papá jamás volvió y la causante de ello estaba orgullosa de por fin contarme como lo asesinó.
¡Que cruel!

–Papá y yo éramos muy buenos amigos, tanto que decidió sacarme del internado donde mamá quiso que esté y ahí sucedió todo.– dijo con diversión.

La miré fijamente, deseando borrar las malditas lágrimas que corrían por mis mejillas en aquel momento, deseando callarla de una buena vez.

Prosiguió al ver que no quedé conforme con su dicho o más bien: No creí en sus palabras.

–Lo asesiné un 6 de diciembre, tenía ocho años cuando lo hice, pues no quería dejar que fuera a buscarte y simplemente lo asesiné. Tomé un cuchillo y apuñale todo su cuerpo, hasta dejarlo sin vida, el solo fue un obstáculo, uno que quité de en medio. No sabes lo mucho que disfruté ver su sangre correr como un rio en cascadas. Ahora tú serás la próxima, ¿como lo ves? "Hermanita".– dijo entre risas, sin arrepentirse de su locura. –Era mi padre, su padre, ¡Santo cielos! ¿Como pudo hacerlo?– estaba loca, totalmente loca.

–Tú no tienes corazón, era una psicopata de mierda.– tiré con rabia y enojo hirviendo en mis venas.

–Deberías ser como yo.– guiñó su ojo y salió de la habitación, dejándome encadenada como una prisionera cuando en realidad era ella la que debería estar en mi lugar.

Danny entró un segundo después, y escuché claramente cuando Charly le susurró: ¡que te diviertas! En ese momento sentí como mi cuerpo sufría un ataque de pánico, Danny venía hacia mi con una sonrisa malévola, iba a violarme, lo veía en su intención.

–Te odio.– grité con lágrimas en mis ojos cegando mi visión.

Nunca había tenido relaciones, mamá decía que no era nuestro momento, que debía hacerlo con el chico que realmente me gustara, y este no era ese chico, ni siquiera le conocía.

Recordé aquel beso con Miley y me di cuenta de que ese si era mi chico, me sentí tan decepcionada al no aprovechar mi momento con el, –¿Por qué no lo hice si estaba enamorada? De la forma que lo hizo, también supe que él lo estaba, fui tan cobarde.– no creía, aún no me creía que de verdad aquel chico esté tocando mi cuerpo y chupándome como ningún chico lo había echo, en serio pensé ir nadie iba a tocarme en contra de mi voluntad.

Que inocente fui.

Tuve la demostración ante mis ojos, la aclaración a muchas de mis creencias. Creía que nadie te haría daño si no se lo hacías tú, pero vi que no era cierto. Aunque no le hagas daño a nadie, querrán hacértelo a ti.

–¡Por favor, no!– susurré débilmente cuando el chico empezó a subir mi vestido.

¿Miley dónde estás?

Lágrimas se deslizaban por mis mejillas.

A penas podía respirar.

Mi hermana es un monstruoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora