Capítulo 20

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"Ni la muerte, ni la fatalidad, ni la ansiedad, pueden producir la insoportable desesperación que resulta de perder la propia identidad."
~ Howard Phillips Lovecraft

El chico que a penas sabía su nombre, (Danny) me tocaba por todas partes, besaba mi cuello con desespero y se me ocurrió una idea.

–Podemos ir despacio y hacerlo mejor, ¿qué tal si me quitas las esposas, eh?– dije notado lo rota que sonaba mi voz, debía ponerle la pasión necesaria y hablarle como si deseara que tocara mi cuerpo.

Algo en mí se activo y surgieron una que otras ideas de cómo asesinarlo si caía en mi trampa, al parecer ni él ni Charly se habían percatado del cuchillo que había en la mesita de noche. Un momento después Danny observó detenidamente mis ojos, dejó de tocarme y cuando creí que era mudo, dijo las siguientes palabras:

–Eres hermosa.– añadió y pasó sus manos por mis mejillas limpiando las lágrimas. Luego hizo algo que ya me esperaba pero no esperé que yo respondiera. Estampó sus labios sobre los míos y me besó con desesperación, le devolví el beso sin profundizarlo, sintiéndome totalmente sucia, pues solo quería llevar aquella situación a una sola conclusión: Asesinarlo. Mi plan iba de maravillas. Cuando separó sus labios de los míos, buscó unas llaves y me quitó las esposas, llevé mis manos a su rostro y sonreímos al mismo tiempo.

–Llévame a la bañera.– susurré a un centímetro de sus labios. El asintió y me extendió sus manos para que bajara de la cama alta en la que estaba atada, su peor error fue darme la espalda, pues aproveché y tomé el cuchillo en mis manos, lo llevé tras mi espalda y lo coloqué en mis nalgas hasta que entramos en la bañera. Empecé a tocar su pecho desnudo, el me tomó con fuerza y me llevó encima de una mesita donde estaban los preparativos para la bañera, los tiró al suelo y me sentó allí, abrió mis piernas y lo que hizo a continuación me dejó sin aire, lo hizo tan rápido que no me dio tiempo a terminar con mi plan.

Me penetró tan fuerte que se me escapó un grito, me desgarro, sentí que algo en mí se rompió, mis piernas empezaron a temblar al igual que mis labios, Danny empezó a entrar y sacar cada vez con más fuerza, ya no era Virgen, me violó.

Observé como varias gotas de sangres bajaban por mi muslo.

Una fuerza intensa se apoderó de mi cuerpo, clavé mis uñas en su espalda, él creyó que era de placer, pero no era así.

Llevé mi mano derecha a mi espalda y saqué el cuchillo, sin perder tiempo lo llevé a lo alto y lo enterré en su espalda, el grito que salió de sus labios fue una gran satisfacción para mi, pero temí que alguien lo escuchara y viniera a ver qué sucedía, (eso me traería problemas) Empuje su cuerpo sintiendo como salió de mi, sintiendo el gran dolor que me dejó sus penetraciones.

–Para que aprendas a no violar a una mujer, maldito asqueroso de mierda.– le susurré mirándolo fijamente a los ojos, le tomé por el pelo y eché su cabeza hacia atrás y con manos temblorosas enterré el cuchillo en su garganta, y lo dejé caer en la bañera, muerto.

La sangre empezó a teñir el agua rápidamente, poco a poco se fue formando un oscuro rojo allí.

Dejé caer el cuchillo, caí en la realidad, me sentí ser una psicópata igual que Charly, incluso peor.

–Soy una asesina.– susurré.

Mis manos estaban cubiertas de sangre, mi vestido también tenía sangre en los bordes.

"Asesina. Eres una asesina".
Gritaba mi conciencia.

Vi todo dar vueltas a mi alrededor.

Sabía que iba a desmayarme pero no le lo permití, a pesar de mis nervios busqué una salida.

Limpie las mangas de mi vestido, lavé mis manos hasta que quedaran limpias, tomé el cuchillo en mis manos y salí de allí, no podía escapar, pues aún quedaban tres y los tenía delante, decidí meterme a la cama antes de que Charly, Melody o Pedro llegara, no me puse las esposas pero extendí mis manos sobre ellas y parecía estar atada, escondí el cuchillo debajo de mi almohada.

Me quedé en silencio, esperando una sola cosa: La próxima oportunidad de acuchillar al siguiente que entrará por aquella puerta con la intención de lastimarme.

Las cosas había cambiando y la punta del hilo la tenía yo.

Sonreí al vengarme. Estaba satisfecha.

"Faltan tres, solo tres". gritó mi lado malo.
Yo sonreí.

Nota del autor.

Se acerca el gran final. ¿Están listo peludos?
Les quiero.❤️

Mi hermana es un monstruoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora