- Compañeros y compañeras, hoy es un día que hay que celebrar, ¡al fin somos libres! – leves risas se escucharon por su comentario – sé que para muchos de nosotros agradecemos este día y muchos otros nos sentimos nostálgicos gracias a las personas que conocemos y que tal vez ya no podremos ver en el futuro, muchos tendrán recuerdos muy buenos, otros tal vez malos, algunos encontraron amigos que estarán con ustedes toda la vida, algunos recordaran el amor que encontraron en estos pasillos, en estos salones, recordaremos los exámenes imposibles de la profesora Hemswort, otros recordaremos las fiestas del equipo de futbol y algunos aunque no quisiésemos recordaran cuando perdieron la virginidad – muchas carcajadas se escucharon tras la visita de quien hablaba, Samuel y Guillermo igual rieron con sus amigos – así es padres y profesores, muchos de nosotros ya no somos vírgenes – su tono era bromista mientras observaba la cara de desagrado de los adultos – pero es lo de menos, seguimos aquí y pudimos derrotar a esta bestia llamada preparatoria, eso es lo que importa aquí y ahora, chicos, chicas y aquellos que no están seguro de lo que son, nos graduamos, tal vez no con las mejores notas o quizás con el mejor promedio del salón, eso no le va a importar a nadie allá a fuera, sean fuertes y seguros de sí mismos, porque sé que muchos de ustedes tienen miedo por las adversidades que están por llegar y no debería darles vergüenza el tener miedo, sinceramente yo tengo miedo, en unos meses algunos estaremos en la universidad y no sabemos que nos espera, pero siempre traten de ver las cosas por el lado bueno. Habrá momentos en los que tal vez llores de impotencia, momentos en los que querrás romper todo, pero también nos esperan nuevas experiencias, nuevas amistades, tal vez hasta llegues a encontrar el amor, uno nunca sabe que le depara el futuro, así que chicos, mucho éxito en sus vidas y espero volverlos a ver algún día – en ese momento todos empezaron a aplaudir con fuerza al ver como Rubén terminaba su discurso – ¡todos den su último grito como lobos! – dijo con algo de fuerza.
- ¡¡Lobos, au-au-au!! – gritaron todos los demás al unísono y entonces todos tomaron sus birretes y los lanzaron con fuerza dando un espectáculo, demostrando la emoción del momento, la preparatoria por fin había terminado y muchos se encontraban ansiosos de empezar la universidad, muchos otros ya estaban buscando donde empezar a trabajar mientras pensaban que estudiar y otros pocos no sabían ni que harían con sus vidas, pero eso no les preocupaba en este momento.
- Iras a la fiesta? – pregunto el pelinegro a Samuel, quien recogía su birrete anteriormente lanzado
- Nunca me perdería una fiesta de Rubén – dijo con una pequeña sonrisa y el pelinegro al igual que él sonrió mientras cruzaban miradas
- Entonces te veo allá – le dijo Guillermo mientras se despedía del castaño para ir a encontrarse con su familia, Samuel veía como se alejaba con un sentimiento triste, su relación con Guillermo y su vida habían cambiado tanto desde el día que descubrió que él era el autor de las cartas.
Horas más tarde...
El castaño se encontraba dentro de la fiesta, bailaba con todos los graduados y bebían como si no hubiese un mañana, era un caos la casa de Rubén, quien se encontraba en el centro de la habitación, bañado en cerveza y sudor, todos lo disfrutaban al máximo, ya que era la última vez que asistirían a las famosas fiestas de Gurdensen, Samuel algo agotado salió a tomar un poco de aire, sus compañeros de equipo igual se encontraban en la fiesta, pero cada quien por su lado con su pareja, mientras que él solo esperaba a Guillermo, para saludarlo antes de que se distanciaran por sus caminos separados, notó que ya eran las 9 de la noche y el pelinegro no aparecía, esto confundió al castaño pues estaba seguro que asistiría, saco su celular con intención de mandarle un mensaje, espero unos minutos, pero no hubo alguna respuesta, mientras escuchaba los gritos y la música de la fiesta de fondo, llamo a Guillermo, pero tampoco le contesto. Lo espero toda la noche e intento comunicarse con él, pero ya no supo nada de aquel chico con el que había pasado tantas cosas en esa etapa de su vida.
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Hey Futbolista! (Wigetta)
Hayran KurguHey futbolista! Me encantan tus ojos marrones. Atte: D.