Día 15

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Aomine Daiki era el nombre de aquel niño que observaba a un pelirojo cuyo nombre era Kagami Taiga, ambos estaban jugando en aquel parque, cada uno con un grupito de niños separados de aquella caja de arena que ocupaba la mitad del parque, pero no impedía que ambos niños se miraran y sonrieran.

La pelota de básquet de Daiki fue lanzada tan lejos de donde estaban que la fue a buscar, aquellas pequeñas manos morenas se vieron envueltas con otras del mismo tamaño un poco bronceadas, ambos pares de mano sujetaban aquel balón y con solo cruzar su mirada ambos niños sonrieron. Solo ese pequeño detalle basto para que ambos niños se separaran de su grupito y fueran a jugar entre ellos.

Los días siguiente eran solo ellos jugando, riendo y peleando como todo niño lo hace mas un día paso lo inesperado aquel pelirojo dejo de aparecer. Daiki se sintió muy triste los próximos días y el tiempo paso junto con los años.

Ambos niños dejaron de serlo para convertirse en adolescentes, pero ninguno se olvido del contrario, de los momentos vividos y en una cancha callejera ambos se reencontrarlo sin saberlo y aquella amistad que había quedado en suspenso se puso en marcha. Recordando su infancia Taiga fue el primero en darse cuenta que Daiki era aquel niño que dejo sin avisarle por culpa de su padre y el destino lo volvía a reunir nuevamente.

Con eso en mente Taiga hizo lo imposible para no fallarle de nuevo, pero hubo un pequeño detalle que paso desapercibido y era que su amistad iba creciendo y transformándose en algo mas puro, sus sentimientos se trasformaron en amor que cosa loca que tiene el destino para jugar a ser celestina desde la perspectiva de ambos adolescentes.

Fictober 2020 - KagaAoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora