capitulo 3

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Narra Nora Lane.

Llegue a Arkham, miraba a todos lados nerviosa de lo que pudiera suceder apretaba con mi mano el gas pimienta que había conseguido en aquella tienda de mala muerte que estaba en frente del hotel donde me habia hospedado, me sentía levemente más segura.

Trague saliva y pase por el filtro de seguridad, que en realidad no era tan seguro por que cualquiera lo podía burlar, el lugar estaba en pésimas condiciones y en total silencio, solo se escuchaban mis pasos con aquellas zapatillas.

Llevaba una grabadora en mi bolsillo y una libreta para apuntar, puesto que ningún camarógrafo había sido tan valiente como para acompañarme.

—¿Nora Lane?.-habia un hombre viejo y con bozal como si fuera un animal, en esa silla metálica, ambas manos esposadas.

—Buenos días señor Maroni.

El solo rodó los ojos y se vio como su cuerpo se relajó de un segundo a otro.

—Veo que mis hijos no le dieron el mensaje que tenían que darle.

Trague saliva, aún no había empezado a grabarlo, pero Batman tenía razón entonces.

—No se de que habla.

El sonrio y puso sus ojos a analizarme, como si buscara algo en específico.

—Ya veo, entonces le tocará por la mala.

—¿De qué...

Y antes de que pudiera terminar mi pregunta, se escuchó una explosión muy cerca, el se empezó reír mientras yo gritaba del susto.

—Ya llegaron mis pequeños.- dijo el muy orgullosamente.

Yo tomé mi gas pimienta, y se lo eche en la cara, pero de este no salió más que agua con serpentina, el se empezó a reír.

—Lo compraste local ¿cierto? .- al ver mi expresión comenzó a mover su cabeza para ambos lados.- los turistas siempre tan ingenuos, ahora mis hijos le harán una ofrenda de paz a Sofía Falcone.

—¿Cree que voy a quedarme callada si usted me cuenta esto?

—Oh querida, en mi plan tu no vives para contarlo.- dijo el maliciosamente.

En ese instante me pare del asiento e intente salir, al momento de abrir la puerta habían un montón de reos fuera de su celda matándose con los policías.

Haciéndome cerrar la puerta, saque mi pluma y mi llave, como si pudiera hacer gran cosa con eso.

—Lo apuñaló con esto si se mueve.

En ese momento la puerta atrás mío se abrió, y reconocí de inmediato quien había entrado, era Harvey Dent,  mejor conocido como Dos caras.

—Vengo por ti Sal.

El sonrio y con la escopeta le dio un tiro en la cabeza yo cerré fuertemente los ojos y caí al suelo de la impresión, no quería ver aquella escena y el posiblemente me mataría ahí.

—Eres preciosa, así que lo dejaré a tu suerte linda.- Solo escuchaba su voz pero no abría los ojos, no quería ver lo que pasaba frente a mi.— haz tenido suerte, vendrás conmigo.

Senti como me jaloneo, yo comencé a golpearlo pero este me puso sobre su hombro era doblemente más grande que yo.

Sentía que todo mi cuerpo temblaba de los nervios, en cierto punto deje de sollozar y solo escuchaba como aquel tipo iba tirando balazos por doquier.

—Esos inútiles hijos de Maroni intentaron matarme, solo por que quieren quedar bien con Sofía Falcone, ah ni eso podrán hacer, ellos me han declarado la guerra, acabaré con toda la asquerosa mafia de Gothica.

Yo no respondía en nada, salimos de Arkham aparentemente por atrás el tipo rubio me sonrió y yo no sabía si debía agradecerle o que se hacía en estos tipos de casos.

—¿Hablas?.- dijo el curioso.

—Si, gracias.

El sonrio aunque era un poco perturbador ver la mitad de su cara quemada por el ácido que Sal Maroni le había echado años atrás.

—Nos volveremos a ver preciosa.

El tipo se fue y yo me quedé en shot por todo lo que acababa de suceder, ahí estuve, mis piernas se sentían temblorosas, mire a mi alrededor y era un parque solitario, me senté en el pasto y abracé mis piernas, no sabía que se hacer o a donde ir.

Baje la mirada y senti que alguien se sentaba a lado mío, pero decidí ignorarlo.

—¿Estas bien Nora?

Era Bruce Wayne.

Golden // Bruce WayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora