Capítulo 58."Inesperado"

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Katerin deseaba que esa fuera una broma de mal gusto, sin embargo, no era así. Sus padres no estaban bromeando, ellos estaban serios. Algo grave había ocurrido en su ausencia.

— Padre, explícame que significa esto, por favor. ¿Qué sucede? Yo te dije, te he repetido que amo a Alejandro, él es el indicado para mí. Dile mamá.
Dijo Katerin desesperada.
— Ya se lo he dicho, tu padre se niega a hacerme caso.
Respondió Amery dándole una seria mirada.

Esta situación estaba fuera de sus manos, de un momento a otro todo se había ido a la borda. No sabía ni en qué momento se encontraba en esta situación.

— Lo siento padre, te respeto y todo. Pero, yo no estoy dispuesta a hacer esto, yo no quiero dejar a Alejandro, bastante ha sufrido, él me ha esperado bastante tiempo. No es justo que ahora venga esto y...
— Vamos a perder la empresa de tu madre, hija estaremos en la ruina, si no fuera por algo grave como esto no lo haría, no te pediría esto.
Dijo su padre con el semblante preocupado.

Katerin palideció, la situación era irreal, no comprendía como era posible que esto estuviera ocurriendo. Ella quería que esto fuera una horrible pesadilla.

El esfuerzo de su madre se vendría abajo, todo por una mala decisión que su padre había tomado, el fin de su felicidad se acercaba. Ella se encontraba entre la espada y la pared, por una parte su padre y la empresa que con mucho esfuerzo su madre había forjado y por otra parte, Alejandro, el hombre que había renunciado a su felicidad por ella. Él la amaba de verdad.

— No, por favor, padre. Dime que esto es una pesadilla. Por favor, díganme que despertaré y que esto jamás ocurrió.
Dijo Katerin al borde de las lágrimas.

El corazón de Amery se rompía en pedazos, ver a su pequeña de esta manera, le partía el alma. Por primera vez, detestaba a su marido, era injusto lo que estaba haciendo. Su hija no debía de estar metida en este tipo de asuntos. La felicidad de ella y su vida no debían de depender de sus negocios.

— Tú tienes la última palabra, sabes que respetaré lo que digas.
Dijo Nicolás dedicándole una pequeña sonrisa, sus ojos estaban cristalinos. Las lágrimas amenazaban con salir.

Katerin sabía que no tenía ninguna opción más, su vida y su gratitud estaban de parte de su padre y su madre. Él la hubiera dejado a su suerte, no era su responsabilidad quererla ni cuidarla, pero, su inmenso corazón le habían obligado a ver por ella. Ahora, era momento que ella hiciera tal sacrificio.

— Está bien, padre. Haré lo que me pides.
Respondió luego de pensar las cosas.

Una pequeña lágrima se desbordó y rodeó su mejilla. Amery simplemente no podía aceptar lo que estaba pasando. Miró con desdén a Nicolás, quien abrazaba con cariño a Katerin.

— No me voy a quedar con los brazos cruzados.
Murmuró molesta.

Ella sabía en el fondo que esto afectaría a Katerin, la dañaría. Ella terminaría siendo infeliz, porque la conocía y sabía que él único a quien amaba era a Alejandro, a su vez, él también la amaba. El amor que ellos dos se tenían era el más sincero que había visto en toda su vida.

Al llegar a la tienda, se dirigieron con una experta, le dijeron para que evento querían que arreglara a Katerin. Ella se puso manos a la obra, eligió el mejor de los vestidos que tenían en la tienda, la maquilló con sutileza.

El resultado fue impactante, Katerin parecía irreconocible. Amery estaba sorprendida, Katerin se parecía cada vez a su amada amiga.

— Te ves preciosa, cariño.
— Gracias, mamá Amery.
Dijo Katerin tratando de ocultar su tristeza.

Y si tan solo nos amamos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora