Capítulo 96."Diferente"

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Aturdida, desorientada y con un terrible dolor en la cabeza, Katerin despertó. Miró asombrada el lujo que la rodeaba, a su lado estaba un hombre de cabello castaño y de apariencia agraciada, el cual la miraba con preocupación. Parecía que él en realidad había sufrido por alguien.

La cabeza le daba vueltas, no reconocía aquel lugar, ni siquiera sabía quien era ese hombre ni su parentesco, ni tampoco tenía alguna idea de quien era, menos del porqué estaba en esta situación.

— Mi pequeña, mi linda hija. ¿Cómo te sientes?
Le dijo en un tono dulce y suave. Denotaba claramente la preocupación por ella.

Ella estaba confundida, no sabía cómo responder ante esta repentina revelación, el hombre frente a ella decía ser su padre, sin embargo, no podía sentir nada ni siquiera se le hacía conocido.

«¿Será él mi padre? ¿Por qué duele cuando quiero recordar? El vacío me abruma, quiero saber todo, pero esto me bloquea. ¿Quién soy?» Pensó Katerin abrumada.

Nicolás sonrió, había comprobado que en verdad tenía amnesia por aquel fuerte golpe que se había dado en la cabeza. Esta oportunidad valía más de lo que lo había planeado, Katerin estaba en sus manos. Ahora en esta situación podía manejarla a su antojo.

— Keimy, mi niña, te dije que montar a caballo no era una buena idea. ¿Por qué nunca me haces caso?
Dijo acariciando suavemente su cabello.

«¿Mi nombre es Keimy? ¿Estaba montando a caballo?» Pensó Katerin aturdida.

Ella ahora era nombrada con un nombre diferente, teniendo otro tipo de vida a la que tenía. Con esta nueva identidad era la hija brillante de Nicolás, aquella que había estado estudiando en Los Ángeles todo este tiempo y que había vuelto para manejar la empresa que Kate les había arrebatado.

— Estoy tan feliz que solo se haya perdido tu memoria y no tu vida. No sé que hubiera hecho si... Mejor no pienso en ello, tú estás viva y eso es lo único que me importa. Ahora, descansa, el doctor así lo indicó.
Dijo acomodando la y arropandola con la sábana, besó su frente y la dejó sola en aquella habitación.

El cielo había oscurecido, las estrellas y la luna resplandecían afuera, por alguna extraña razón se sentía melancólica. Sentía como que se estaba perdiendo de algo importante.

...

La atención de todos los presentes en el salón principal de la mansión Magno recayó en la feliz pareja que bailaba al compás de la música. Alejandro se había perdido en aquellos lindos ojos café oscuro, los cuales lo miraban con un extraño sentimiento.

Su amada Katerin estaba frente a él, pero su corazón decía otra cosa, su mirada que lo contemplaba con brillo y amor ahora era distinta, irreconocible. Aquello le molestaba un poco, no sabía porqué le daba la sensación que con quien danzaba esta noche no era su mujer.

— ¡Has mejorado tus pasos, cariño!
Exclamó Alejandro.
— ¿De qué hablas, amor? Yo siempre he sido buena, solo que he sido modesta contigo.
Respondió con habilidad.

Nicolás había hecho un buen trabajo enseñándole datos personales e íntimos de Katerin. Keimy, debía hacer todo lo posible para interpretar esta farsa y devolver la empresa a su padre, aquel por el cual había regresado.

— Sólo bromeaba contigo, lo siento si te moleste.
Contestó Alejandro con una pequeña sonrisa.

Las dudas en su mente se debilitaron, pero, su corazón le indicaba algo diferente, ese extraño sentimiento aún permanecía fuertemente en él. No sabía porqué, ella estaba a su lado, sus palabras y sus gestos eran los mismos.

Y si tan solo nos amamos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora