Capítulo 78."Pequeños detalles"

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Por las mañanas, Katerin solía esperar a que despertará Alejandro, admiraba con una sonrisa la linda fisonomía que tenía su delicado rostro. Sus gruesas y rizadas pestañas le enloquecían, pero, lo que más le fascinaba, era llegar al momento de ver sus lindos ojos contemplarla con emoción.

- Buenos días, mi querido y lindo esposo.
Lo saluda con una linda sonrisa.

Alejandro con una sonrisa le devuelve su tierno saludo y le besa sus suaves labios.

- Buenos días, cariño.
Responde acariciándole su mejilla y mirando con amor sus ojos.

Aquella rutina hace que su día comience con una buena vibra, por más difícil que parezca su pesada agenda, su sola presencia y ayuda hace que su amor, comprensión y cariño les haga más ameno su día.

El resto del día están atareados por las constantes y largas juntas, documentos y recorridos que deben realizar en sus respectivas empresas. Katerin tiene más trabajo que Alejandro, ya que su padre y su madre cuentan con dos empresas completamente distintas. Ella de muy buena fe y con amabilidad aceptó ayudarles a los dos, en la de su padre como vicepresidenta y en la de su madre como la CEO de aquel gigantesco aglomerado.

- Querida, ¿no es mucho trabajo el que está sobre tus hombros?
Dijo su madre con preocupación.
- No, todo bien, mamá. Yo puedo ayudarles.
Respondió Katerin con una sonrisa.

Su ilusión siempre había sido ser de utilidad para sus seres queridos y dejar en alto el prestigio de su familia, desde pequeña se le inculcó que debía ser la mejor. Por lo que, ella daba lo mejor de sí misma en cada uno de sus trabajos.

Kate en el fondo sabía que su hija se estaba esforzando de más, por lo que le comentó a Denilson. Los dos mantuvieron una conversación larga, en la cual, concluyeron en qué Denilson contrataría a alguien más.

Después se lo comentaron a Katerin, quien no se lo tomó tan bien, ya que su ideología siempre había sido ser la mejor sin importar lo que sucediera. Sin embargo, aceptó su decisión y no se opuso, pero, algo dentro de ella se sentía un poco incómoda.

Su reacción sólo hizo que sus padres se dieran cuenta de lo que estaba sintiendo por dentro. Por lo que, Denilson se apresuró a decirle que de vez en cuando le pediría ayuda cuando lo requiriera y que no dudaría ni un instante para hablarle.

- Te lo prometo, querida. Te llamaré si necesito algo más.
- ¿Seguro, Padre?
Preguntó Katerin nuevamente mirándolo con recelo.
- Sí, te lo juro. Ya verás que te llamaré, es más, a ti te daré los trabajos más importantes. No te preocupes, esfuérzate en la empresa de tu madre y date un tiempo con tu amado esposo. Y si les parece apropiado den nos pronto un nieto.
Respondió Denilson, tratando de convencer a Katerin que aún lo miraba con detenimiento.

Después de analizar todo con cuidado, supo reconocer que sus padres lo hacían por su bienestar y la de su esposo, que en estos últimos días no lo había visto con frecuencia, ni se había detenido a hablar con él.

- Tienen razón, gracias por hacerme dar cuenta que debo de poner más cuidado a mi salud y a mi esposo.
Agradeció finalmente Katerin con una sonrisa. Luego de eso los abrazó y se despidió de ellos.

Su carga ahora era mínima. Ya no tenía que estar trabajando horas extras en la oficina o llevarse trabajo extra a casa, estar analizando y planeando sin descanso. Se sentía reconfortada, feliz y lo mejor de todo emocionada porque al fin podría tener más tiempo con Alejandro.

Era la primera vez en esta semana y desde que habían comenzado su vida de casados juntos, que, ella podía volver a ir por él al trabajo. Al llegar a la empresa, los empleados la saludaron con amabilidad.

Y si tan solo nos amamos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora