008• Enola Holmes/²

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A la mañana siguiente Enola fue la primera en despertar, el calor subió a sus mejillas en cuanto notó en la posición que se encontraban, enola envolvía tiernamente la cintura de la castaña, mientras está última se acurrucaba en los brazos de la pequeña holmes.

Lo curioso para ella, fue que no se sentía molesta o incómoda, se sentía particularmente bien.

Decidió que lo más prudente sería levantarse, ya que victoria podría incomodarte al despertar así, aunque por el momento se veía de lo más cómoda.

Decidió ir a darse una ducha, aunque se sentía bien con victoria -Demasiado bien, en realidad- su madre seguía en su mente todo el tiempo, las ansias por encontrarla no la abandonaban ni un segundo, pero ahora tenía algo más en su cabeza, ¿Cómo protegería a victoria si tenía que partir en la búsqueda de su madre? Esa pregunta ocupo su mente los quince minutos que se mantuvo bajo el agua tibia.

Se dispuso a vestirse, pero sabía que necesitaría la ayuda de victoria para ponerse el corsé. Bien podría hacerlo sola, pero le gustaba mucho más que la pequeña Grimalddi hiciera ese trabajo. Decidió esperar un poco para ponerse este, aunque no tuvo que hacerlo, ya que al salir del baño victoria se encontraba parada a el lado de la ventana, mirando hacia la calle.

-Buenos días- Murmuró enola acercándose lentamente a a Vicky.

-Buenos días, enola. ¿Descansaste? -Preguntó totalmente ajena a lo cómodas que habían dormido ambas.

-Por completo, afortunadamente ¿Y tú?

-Si, lo hice- Respondió victoria.

Enola dudo un poco antes de preguntar:

-P-podrias ayudarme con esto- susurro señalando el corsé que tenía en su mano.

-Por supuesto- Respondió nerviosa al percatarse de lo que enola llevaba puesto.

Y así hizo, tomo el corsé de manos de enola y le dió la vuelta suavemente, la tomo por la cintura para acercarla un poco más, cosa que tomo a holmes totalmente por sorpresa. Rodeó a enola con el corsé y comenzó a apretar lentamente.

-¿Te pondrás ese vestido? -Preguntó Vicky señalando el vestido color vinotinto que se encontraba en el sillón.

-Asi es, ¿Te gusta? -Respondio enola.

-El vestido es bellísimo, pero se verá mucho más  espléndido en ti. -soltó Grimalddi con voz suave.

Enola no respondió a eso, solo soltó una pequeña risa y agachó su cabeza, intentando ocultar su notable sonrojo.

-Ya está, ahora tienes la cintura de una avispa, quería enola. -Bromeó la chica.

-Espero al menos ser una avispa con gracia. -Le siguió enola.

-Lo eres, eres la avispa más hermosa que alguna vez ví.- elogió una vez más, haciendo que enola se sonrojara una vez más está mañana.

Así pasaron los días, exactamente un mes, enola de vez en cuando salía por largos ratos pero siempre regresaba en la noche, con unas bonitas flores para victoria. Está última se quedaba en la habitación, preparaba un poco de te y esperaba a enola, preguntándose a dónde iba y temiendo que algún chico hubiese conquistado el corazón de la menor de los holmes. Solo a veces pasaba a el café de el otro lado de la calle y compraba un poco de tarta, que cómo siempre estaba destinada para enola.

Todo parecía ser miel sobre hojuelas, hasta que un día cuando enola regresaba de los intentos fallidos por encontrar a su madre, escucho ruidos muy extraños provenientes de su habitación, ruidos que se reconocían perfectamente como golpes. Así que aceleró su paso y vio a aquella mujer extraña, la dueña del lugar parada justo afuera de su puerta, que cuando vio a holmes corrió rápidamente arriba de las escaleras, no sin antes soltar una risita que enojo bastante a enola.

ᴏɴᴇ Sʜᴏᴛs • ᵐᵘˡᵗⁱᶠᵃⁿᵈᵒᵐ [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora