Capítulo 3: Theodore

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Lo había observado en todo momento, desde que el Gryffindor se había arrodillado a llorar en el suelo. El de ojos verdes solo se quedó de pie, sin saber cómo actuar ante esa situación, probablemente si Longbottom volteaba a verlo, se iba a encontrar con su rostro inexpresivo. No entendía el motivo por el cual él se comportaba así, pero lejos de querer indagar más, pensó que no debería acercársele por mucho tiempo, así que, con eso en mente, transformó con un simple hechizo una de las almohadas en una pequeña cobija y se dejó caer en el sillón, sería mejor distanciarse de Longbottom y desde ese momento Theodore se prometió a si mismo que así lo haría.

No había transcurrido tanto el tiempo, pero aún se escuchaban los sollozos de Longbottom. Se distrajo pensando en otra cosa, pensaba en la probabilidad de lograr que se llevasen bien pues estarían enlazados por siempre, pero luego descartó la idea, luego pensó en que no entendía nada de los motivos por los cuales estaban enlazados ahora. Se prometió buscar información al mismo tiempo que escuchó el sonido de la cama, supuso que el león se iría a dormir.

Y él, tan silencioso como siempre, solamente se quedó despierto hasta que Morfeo le obligó a ir al mundo de los sueños.

Se despertó temprano, como siempre, ordenó el sillón donde había dormido y se dispuso a buscar su uniforme en su baúl. Una vez que lo encontró se dispuso a buscar más artículos personales, caminó lentamente a la ducha, sabía que pudo haberse enviado a sí mismo un hechizo para limpiarse, pero sentía que el agua iba a hacerle pensar con claridad las cosas.

Cuando se cambió y salió del baño, un elfo le esperaba con una carpeta. Él la recibió y le dedicó al elfo domestico una leve muestra de agradecimiento, sin saber que era observado por la otra persona que estaba en la habitación, se dispuso a leer detalladamente la información. No había muchos cambios en el horario. Con calma, invocó un tempus, notando que faltaban al menos veinte minutos para el desayuno, alistó sus libros y cuadernos, guardó su varita entre su túnica y se retiró de la habitación, estuvo algunos metros lejos cuando sintió ardor y calor, todos le recorrían el cuerpo.

Tratando de ignorar la sensación, continuo con su camino al comedor, ya había algunos Slytherin, entre ellos Malfoy, el grupo del mismo, Zabini y Parkinson sentados en la mesa, había algunos alumnos de Hufflepuff y Ravenclaw distribuidos en el lugar.

-¿Y cómo es el físico de Potter? -escuchó la pregunta sin censura de Pansy, se escuchaba hasta donde él estaba sentado. -Dicen algunas Gryffindor que tiene grande la...

-Cállate Parkinson -dijo Zabini, con su leve acento italiano reluciendo -No quiero saber sobre cómo tiene el pe...

-Zabini -le dijo Malfoy, interrumpiendo la conversación. -No quiero hablar del tema.

Theodore entendía perfectamente el sentir de Malfoy, seguramente para el rubio sería molesto lidiar con su enemigo. Se concentró en pedirle a otro de sus compañeros los apuntes. Se dispuso a memorizar la información, escribir las tares y organizar todo en su mente, la visión de algunos Gryffindor llamo su atención cuando terminaba de memorizar el último contenido. Un nervioso Longbottom ingresaba al lugar, seguido de un Potter que lucía irritado.

Terminó de desayunar y caminó con gesto indiferente hasta el salón de clases, ese día tenía transformaciones a primera hora con la jefa de casa de Gryffindor. Se sentó, en uno de los escritorios de la esquina, pronto el salón se llenó, entre ellos entró Longbottom. Descubrió que ya no sentía aquel ardor, solamente sentía el calor que se hacía un remolino en su cuerpo.

Miró a la profesora entrar al salón de clases y saludar a todos, luego la observó pasar lista -Nott, Neville.

Silencio. Theodore estaba sorprendido, pero obviamente no lo demostraba. Todo el salón les observaba con sorpresa, algunos con enojo -los rostros enojados del trío de oro -y el castaño entendió que no todos sabían del tema.

I like it (Theville)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora