Capítulo 19

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Freddy:

"Adelante, señor Anderson".

Aquellas simples palabras habían retumbado de forma constante en mi mente. Me mantuve estático, me mantuve completamente confundido... no comprendo si eso era malo, o si en verdad lo malo era que no me atrevía a levantar la mirada... no, quizás, lo verdaderamente malo era la forma en la que mi corazón latía a un ritmo tan acelerado. Tantas causas y no podía comprender cuál era peor.

Tragué grueso, rogándole al cielo que todo esto fuera un sueño, que al levantar la vista, mis ojos se abrieran... que no hubiese ningún "señor Anderson" ahí... o al menos, que no fuera ese señor Anderson que yo bien conocía.

—Te lo agradezco, hermosura — escuché como le murmuraba a mi compañera, mostrando una voz ronca, una voz... maldición, una voz que a pesar de un muy ligero cambio, seguía siendo la misma que conocía. Seguía siendo aquella que aceleraba mi corazón, aquella que... tanto me gustaba.

Mi mente se encontraba en completo debate con mi corazón. Uno decía que debía comportarme de forma profesional... y el otro me decía a gritos que levantara la mirada, que buscara sus cuencas aunque no fuera lo mejor.
Entonces... sucedió. Luego de tanto tiempo, mi vista tuvo la dicha de encontrar esos ojos vacíos... siempre creí que había algo en ellos, algo misterioso, algo inexplicable... algo dentro que siempre podía decirte la verdad.

Me quedé sin aliento, como si me encontrara frente a algo paranormal, sobrenatural... al final no había mucha diferencia.

—Tome asiento... — exclamé, esforzándome para que mi voz no temblara en el intento.

Una sonrisa se formó en sus labios... una que bien conocía. Cerró la puerta a sus espaldas y entonces, desabotonó de forma rápida el único botón de su saco, exponiendo la camisa debajo de este. Iba bien portado... confieso que hasta a mi me sorprendió.
Se mantuvo frente al escritorio. Mientras yo bajaba la vista a los papeles que tenía frente a mí, él tomó asiento en la silla que estaba justo frente al lugar. Suspiré ante ello.

Sentía su mirada fija en mí, aún cuando ni siquiera estaba viéndolo para confirmarlo.

—Por lo que me notificaron, usted necesitaba hablar conmigo... ¿cierto? — comencé a hablar, acomodando el papeleo que había en el escritorio. Mi cerebro se negaba a hacerme levantar la mirada, y en ese momento, lo agradecía—. ¿De qué se trata? ¿Tiene alguna planificación para la empresa? Porque... en todo caso, no recuerdo haber agendado una cita o que el jefe me haya pedido hacerlo...

—No cambias en lo absoluto... — le escuché murmurar y entonces, me atreví a mirarlo a los ojos. Mi ceño se frunció de una forma ligera y en ese momento, me encontré con su perfecto rostro... Una mirada de arrepentimiento, nostalgia, era algo que simplemente, ni siquiera podía explicar.

—¿Disculpe...?

—Te dije que volvería, Freddy... — escucharlo murmurar mi nombre de esa manera había provocado un tipo de descarga eléctrica en cada parte de mi cuerpo... Le observé confundido, y aún cuando sabía que era él, mi mente intentaba convencerse de que no era el Alfred Anderson que yo conocía.

—Disculpe, señor... — tomé la iniciativa, levantándome de la silla y manteniéndome ahí, observándolo antes de poder seguir—. Pero si no viene por alguna cuestión de trabajo o junta importante, me temo que tendré que pedirle que se retire... sólo soy el asesor, usted puede hablar con el jefe si así lo desea, sólo permítame notificarle — aclaré mi garganta. No comprendía de dónde había sacado el valor para mencionarlo, pero así había sido... lastimosamente, tomé las riendas de la situación tarde... seis años tarde.

𝗔𝗣𝗨𝗘𝗦𝗧𝗔 | frededdy. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora