Capítulo 4

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Freddy:

¿Qué mierda acababa de pasar?

Sin tomarle importancia a lo sucedido, continúe caminando directo a mi casa.
A pesar de tener menos de una semana viviendo en esta ciudad, ya sabía al menos el recorrido de la escuela a mi hogar.

Bueno, es un avance, ¿no?

Seguía algo distraído con lo que acababa de pasar.
¿Por qué ese chico haría algo como eso?
Aunque no lo conocía tanto, sabía su nombre y lo popular que era en el instituto. Al menos por lo que me han contado.

Sinceramente, esa mirada me intimidaba demasiado.
Y también... No quedé demasiado tranquilo con sus palabras.

¿Provocarlo?
Yo no lo estoy provocando.
¿o si?...

El sonido de un relámpago me sacó de mis pensamientos.
Mire rápidamente al cielo, este se estaba comenzando a nublar, lo más probable es que llovería.

Apresuré el paso, para llegar antes de que comenzará a llover.

Fue después de unos minutos cuando por fin llegué a mi destino. Aquel departamento que mi madre había conseguido.
Tal vez no era muy grande, pero era decente, constaba con una planta alta, pero bien; aquel departamento no era tan pequeño y teníamos un techo donde vivir.
Es lo mejor que mi madre pudo conseguir para facilitar la ida a su trabajo.

Mi madre aún no llegaba a casa, aún se encontraba trabajando, así que busqué en mi bolso del pantalón las llaves para poder abrir la puerta. Pero no las encontré.

—Mierda, ¿dónde las deje?— susurré para mi mismo.

De pronto, recordé que las había puesto en mi mochila. Así que la quite rápidamente de mis hombros y comencé a buscar las llaves.

Cuando por fin las encontré y me dispuse a abrir la casa, escuché una voz ronca detrás de mi que, me interrumpió.

—Vaya, ¿será coincidencia encontrarnos? — susurró, esa voz... La he escuchado antes.

Me giré lentamente para encontrarme con el dueño de aquella voz...

Oh, no.

Frente a mi, estaba aquel chico "popular" del instituto, su despeinado cabello negro que se movía al compás del viento, esa mirada penetrante se encontró con la mía.
Lo que parecía haber sido un montón de tiempo, en realidad solamente había sido unos cuantos segundos, pero esos pocos segundos encontrando su intimidante mirada, basto para hacerme sentir... ¿débil?

Fue acercándose a paso lento hacia mi, pero por instinto propio, retrocedí. Fue así hasta que terminé estampando mi espalda con la puerta de la casa.

Él dio una amplia sonrisa mientras me miraba.

—¿M-me estas siguiendo? — cuestioné, estaba nervioso, se podía notar por mi tono de voz.

—No lo sé, tal vez... — susurró.

No le di ninguna respuesta, así que volvió a hablar.

—Joder... Es broma vivo al frente de tu casa.

Ah, mierda.

—¿En serio?

—Si, ¿por qué? ¿te sorprende, princesa? — preguntó haciendo que yo rodara los ojos.

—En primera, no, no me sorprende. Y en segunda, no me llames "princesa", idiota — contesté haciendo comillas en el aire, justo en la palabra "princesa".

—¿No querías que te tratara como a una? — murmuró acercándose más a mi.

—No me refería a eso, imbécil.

𝗔𝗣𝗨𝗘𝗦𝗧𝗔 | frededdy. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora