Intriga

187 42 2
                                    

Pasó hace tiempo ya. No lo suficiente para olvidarlo. 

Me sentí como aquella vez, cuando era más joven, las constantes molestias, las insoportables palabras y burlas. Creí que el martirio había acabado. 

Alexander  Luthor me ha quitado mi columna y siento un vacío infinito muy parecido al día que termine huérfana y en un orfanato por primera vez. Es lacerante el sentimiento, porque no se ahora que pueda pasar. 

Esa columna era mi única comunicación contigo. Donde sea que estés, porque aún no renunció a la idea de que no estés. 

Y es enfermiza esta actitud, este pensamiento, es un estado circular. No hay principio, ni fin. El constante rodar me está desgastando y al mismo tiempo me ayuda a vivir, porque cuando el círculo termine volveremos al principio donde nos conocimos. 

He llegado a soñar todo en retroceso, como una de esas viejas películas donde todo va en cámara lenta y hacia atrás. Donde lo roto y destruido se vuelve a unir, donde las lágrimas y el sufrimiento desaparecen volviendo a la alegría acompañada de sonrisas  amplias; a la libertad y los días brillantes antes de que la tormenta comenzará a inundar y destruir todo. 

Que depresivas son mis palabras, tal vez es el sentimiento de lo que he perdido y me han arrebatado lo que opaca mi escritura, o es el hecho de que ahora estarás a oscuras sin saber nada de mi o mis peculiares pensamientos sobre ti. Nos convertiremos en dos ciegos caminando a la deriva esperando encontrarnos. 

Pero si prestaste atención a mis palabras más de una vez te hablé sobre la estación de tren. Es ahí donde siempre te estaré esperando.
No mencioné jamás mi casa. Pensaba en lo romántico que sería encontrarte una vez más en ese lugar, porque fue ahí cuando mi suerte cambió. Tú cambiaste mi suerte. 

Ahora solo escribo en esta hoja de papel gastado y amarillento, no encontré otro donde mas plasmar tan tristes sentiminetos.

Y se va manchando con cada palabra y lágrima derramada.
Si vieras mis lágrimas en este momento, te convertirias en furia contra aquel que las ocaciona, he visto antes esa furia.
Si vieras mi vulnerabilidad me abrazarías y consolarías mi alma. 

Pero también pienso que no diría nada sobre tu hermano para que fueras contra él.
No soy ciega, incluso con mi escasa vista me doy cuenta de que  no es bueno y aunque regularmente lo enfrentabas después veía en ti dolor. Un dolor que creo ahora comprendo. 

Esa charla que tuve con él fue suficiente para entender un poco sobre ti, es cruel y mi temor es que te haya dañado de una manera atroz, una y otra vez. 

Sus ojos son fosas de locura y terror. como pudiste vivir tantos años conviviendo con él?

Por eso te fuiste? Estoy segura que si, quiciera saber cómo ayudarte y por una vez ser yo quien te proteja de todo mal. 

-Dios Lena…. QuQuiciera poder estar contigo ahora. 

Los Días Sin TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora