Mi Mundo

323 51 3
                                    

Sus ojos, su mirada, su perfil, su sonrisa, mi mundo. Con cielos verdes y mares transparentes, de arena blanca y corrientes tormentosas. 

El movimiento de tus brazos, el inclinar de tu cabeza, el andar gracial que te define y destaca. 

Debes saber que tu familia me odia, causaron un torbellino de problemas cuando empecé a escribir sobre ti, se ven los problemas en todas partes, quieren silenciarme. 

-Eres tan paranoica. Nadie te persigue. 

-Algún día también tú me perseguirás.

-Por qué lo haría? 

Fue un silencio sepulcral, la case de silencio donde puedes oír el correr de la sangre por las venas, el silencio donde no puedes dejar de pensar. Apretabas tus manos con odio y nervios, tu rostro era el retrato  viviente del desprecio y el asco. Ojos tormentosos y oscuros, ojos lastimados y alterados. 

E incluso en ese momento, en tu peor estado, el que más incertidumbreme me causaba no podía dejar de pensar en lo perfecta que eras, no podía dejar de admirar tu hermosura. 

Después me observaste con tal frialdad, podía sentir el corte fino del hielo en tu mirada. Los pocos años que convivimos fueron trascendentes, pasaste por diferentes cambios que aún no entiendo. 

Que recordaste ese día, en que pensaste, creo que fue ahí cuando dejaste de contestar mis mensajes y llamadas cada vez menos, con poco entusiasmo, como si te alejaras, con la excusa del trabajo, lo comprendí con facilidad, pero tras mi sonrisa se ocultaba el dolor de ser dejada del lado. 

-No hemos podido hablar Lena, estas bien? 

-Claro que lo estoy, no debes preocuparte por nada Kara, mis acciones son buenas. 

-No dije que fueran malas, pero ya casi no hablas conmigo. 

-Es por tu bien, es…. Complicado

Tomabas mi mano, la apretabas con fuerza, como si intentará trasmitir algo, algo que siento que apenas estoy descubriendo. Lena, que te hicieron, qué es lo que te pasó.

Lena, acaso irte fue por mí bien? 

Entiendo que estabas enamorada de mí, fue acaso mi poca muestra de interés, o hay algo más que no se. 

Todos las noches analizó nuestras pláticas, reuniones, caricias y no logro entender por qué? 

Todos los días desde tu partida me pregunto, dónde estás y qué estás haciendo. 

No puedo dejar de pensar en ello. No puedo dejar de pensar en ti, me desquicio, me pierdo en una bruma densa, de la que no puedo escapar, no puedo ver más allá, porque sólo encuentro gris. 

-Me gusta el mar y me gusta el bosque, me gusta la soledad. 

-A mi no me gusta la soledad, estuve sola mucho tiempo. Incluso si estaba rodeada de gente, me sentía sola. 

-Cúando dejaste de sentirte así.

-Hace bastante en realidad, mi suerte cambió un día de invierno en la estación de tren. 

Tu lograbas entenderme de una manera tan poco común, lograbas entender incluso un gesto, por más ligero que fuera, me cuidabas, todo el tiempo me cuidabas.

-Por qué te gusta estar sola, no es triste? 

-Es más triste confiar en alguien y que te traicione, estar con alguien al que pueden dañar, o al que dañan  constantemente. Estar solo es más fácil, no hieres y no te hieren. 

-Él amor hiere constantemente, pero vale la pena esperar no te parece. 

-Podría esperar toda la vida Kara. 

-Sí es la persona correcta. 

Ese día, comprendí, que era amor lo que sentía por ti, ese día, te vi con otros ojos, ese día, me perdí en mis pensamientos, ese día estaba lloviendo, el aroma a petricor era dulce, agradable, confortable, y tu me estabas sonriendo, mientras balanceabas tu pie como intentado calmar tus nervios. Me sonroje y acomode mis lentes, tus ojos no perdían el movimiento de mis dedos jugando con mi cabello. 

Después de eso vinieron días felices, luego todo terminó contigo desapareciendo. 

Lena, tú eres la persona correcta. 

Los Días Sin TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora