06 • ¿Bruja?

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La luz de la luna iluminaba la noche, el sonido del viento era lo que más se escuchaba, más uno que otro búho ululaba. Era como otra cualquier noche para todos, para todos a excepción de alguien.

Charlie empezaba a recuperar conciencia, sin abrir los ojos, movió su cabeza, le dolía, no recordaba lo que pasó. Tratando de hacer una línea de tiempo rápida, recordó por fin, cayó desmayada frente a una cueva para recuperar el collar. Abrió sus ojos rápidamente, lo primero que vió fue un techo húmedo de piedra, que tenía una iluminación anaranjada, recordó igual haber visto algo antes de desmayarse, al parecer una persona. Se sentó sobre lo que estaba, era una piedra casi rectangular, con unas viejas sábanas. Volteó a su izquierda, sólo había una pared, a su derecha había una fogata que daba calor al lugar. Pudo divisar que al otro lado había alguien, no se le veía el rostro, pero pudo darse cuenta de que miraba el suelo.

Charlie no sabía qué hacer, ¿Acaso debía salir corriendo de ahí? Lo veía imposible, le dolían los pies y no estaba en condiciones para correr, ¿Debía pedirle por favor a esa persona que la lleve a casa? No sabía las intenciones del sujeto, pero debía actuar.

— Veo que has despertado — Charlie se sorprendió al oír una voz femenina, de alguna forma se sintió más aliviada, tal vez una mujer no le podía hacer daño, ¿Cierto?

— ¿D-disculpe, dónde estoy?

— ¿Esto es tuyo? — la otra mujer ignoró la pregunta de la rubia, parecía sostener algo con su mano y observarlo. Charlie no comprendió su pregunta a la primera.

— ¿Qué cosa? — preguntó. La chica alzó un collar de oro blanco con un diamante violeta.

El collar

— Sí, eso es mío. ¿Me lo puede regresar?

— No — Charlie se indignó ante la respuesta, eso le pertenecía, no a ella.

— Escuche, ese collar le pertenecía a mi abuela y a mi madre, es algo muy importante para ellas y para mí

La chica se levantó de donde estaba sentada, acercándose a la rubia, la cual retrocedió por desconfianza. La que tenía el collar por fin quitó su capucha, revelando su rostro, algo que dejó aún más sorprendida a Charlie. Aún con la luz de la fogata pudo ver que el tono de esa mujer no era normal, no era claro, no era moreno. La chica se sentó en la piedra en la que estaba Charlie.

— ¿Lo quieres? — preguntó refiriéndose al collar.

— ¿Quién eres? — ahora fue la rubia quien ignoró la pregunta. La de "piel extraña" se agachó para tomar un pequeño jarrón y se lo acercó a Charlie.

— Toma esto, te hará bien — Charlie miró con desconfianza el líquido que le ofrecía — es agua — Charlie mantuvo la boca cerrada, no segura de aceptarlo. La chica rodó los ojos, con una mano apretó las mejillas de la otra, haciendo que abriera un poco la boca y con la otra le inclinó la jarra para que lo tomara, lo hizo, de mala gana, percibió un extraño sabor, eso no era agua.

— Eso no era agua

— Lo sé

— ¿Qué me diste? ¿Dónde estoy? ¿Qué hago aquí? ¿Quién eres? — preguntó la rubia asustada, tapando su rostro con la tela del vestido, el cual estaba todo sucio y roto.

— Escucha, no me gusta que me hagan muchas preguntas a la vez, si quieres que te conteste todo eso tienes que estar quieta ¿Entendiste? — Charlie asintió lentamente — bien. Te dí una medicina, con la que te recuperarás rápido, estás en una cueva y eso es más que obvio. Caíste frente a ella y no tuve más opción que ayudarte, bueno, pude matarte, pero no lo hice. ¿Contenta?

•Witch•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora