CAPÍTULO 7: EL PRADO DE LAS DELICIAS

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POV NATALIA

Asumí que esas palabras que sonaban tan violentas iban dirigidas a mí. Más que nada porque aparte de María, era la única dentro del campo visual de aquella rubia bajita y con mirada de cabreo, puesta de puntillas a nuestro lado. ¿Qué coño...?

-¿Tienes algún problema con el arte contemporáneo?

-Te podría decir varios problemas pero...¿Tú quién eres?

-Eso mismo me pregunto yo... ¿QUIÉN eres TÚ para decidir que un arte es una chorrada y otro no? -Está de coña-.

-Alguien que sabe que el arte ha ido decayendo y muchísimo, basta con ver lo que se hace hoy en día, ¿no te parece bastante?

-El arte no decae, evoluciona de distintas formas. Por lo visto, formas que no son de tu agrado, pero si tienes el cerebro tan corto como para pensar que lo que hace por ejemplo Duchamp es una "chorrada", no creo que el mundo se pierda tanto.

Pero será... Arrugué mi nariz con un cabreo que me salía por los poros. Esa imbécil no tenía ningún derecho a venir y por la cara meterse en nuestra conversación para dejar ahí una opinión que ni María ni yo habíamos pedido.

-Obviaré todo lo que has dicho porque no tengo ganas de discutir con alguien que no conozco de nada. Ya te puedes ir y dejarme de nuevo con mi acompañ-

Antes de que acabase, María sonrió de una forma bastante comprometida y dio una palmada al aire.

-Ehh, bueno chicas...-La escuché decir con un hilo incómodo de voz- Os presento, ¿eh? Alba, Natalia, Natalia, Alba.

Me quedé sin saber qué decir y la observé. ¿ESTA ERA SU AMIGA? Dios existe y me está castigando. Vaya minion. Al menos no venía hecha un cuadro. Jersey y pantalón vaquero negro, sencillo. ¿Y esta chica era la que sabía tanto? ¿La que me iba a sorprender? ¿De qué? La gente que está tan centrada en el arte contemporáneo no sabe nada. Seguro que no tiene ni idea de que es un sfumato.

-Me gustaría decir que es un placer conocerte, pero por ahora, dudo que lo sea. -Dijo Alba mirándome de arriba abajo con cierto desagrado-.

-Bueno, bueno, -dijo rodeándonos con sus brazos mientras empezaba a caminar- Seguro que Natalia no lo ha dicho en serio, que no cunda el pánico. ¿Vamos tirando?

Menos mal que María estaba aquí porque si no, me voy a mi casa. Que tía más petarda. Espero que no sea así toda la visita porque vaya coñazo. No pienso dejar que esta chica me quite esta oportunidad. demasiadas ganas tengo de estar aquí como para que lo arruine.

Nos acercamos a las taquillas, María compró su entrada. Yo enseñé el carnet de mi universidad y me la dieron gratis. Algo bueno tendría que tener el ser estudiante. Me puse a un lado mientras esperaba a que ellas cogieran las suyas. Observé a Alba. Que raro, ella también se ha apartado.

-Yo trabajo para esta gente, me dejarán pasar sin problema. -Espetó con chulería, mirándome por encima. Bueno, todo lo que puede "mirar" la renacuaja esta-.

-Yo quiero una entrada general, porfa. -Dijo María acercándose a la ventanilla-.

Al terminar de pagar y recoger su ticket, empezamos a caminar hacia la entrada donde había un chico controlando el acceso. Alba se adelantó aprovechando que no había nadie en la cola.

-¡Hola! Me llamo Alba Reche, ¿me dejas pasar? -Soltó, tan pancha-.

-Perdone pero no sé quién es usted. ¿Tiene un ticket? Si no, no puede entrar.

-Que raro...Bueno, tengo aquí mis credenciales, mire. -Sacó de su bolso un papel plastificado con un código de barras y su foto. El chico escaneó el código de barras pero dió error-.

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