Amor Prohibido.

Capítulo 60 "El fin "

Pov Escritora.

Se escuchaba los fuego artificiales, Lexington Avenue Armory, New York, las calles estaban llenas de ciento de personas importantes. En los camerinos los ángeles corrían, otras estaban siendo maquilladas y las demás buscaban su atuendo. Y como no, caminar por esa gran pasarela, frente de grandes de personas.

—Hey Jess–saludaba la rubia.

—Cara–la saludó con doble beso.

—¿Preparada?–sonríe.

—Nerviosa–rieron

—Hey Cara–saluda la morena–Jess.

¡Hola Riri!–saludaron al mismo tiempo.

—¿Cómo les va?–la morena se daba unos pequeños retoques de maquillaje.

—Listas para salir–sonrieron.

—Amores en treinta salen... ¡Comenzamos con Riri!–Paolo aplaude y se voltea–¿Cantarás Diamond?.

—Cómo no...–rieron.

—¡Fantástico!–se voltea y se pierde entre la multitud.

Luego de treinta minutos, todas estaban alineadas para poder darle comiendo el gran show. Jess estaba nerviosa, claro no era primera vez que está en la pasarela. Pero aun así los nervios recorrían por todas partes del cuerpo y cuando gritaron su nombre, sonrió a Cara su amiga y se dirigió a la pasarela.

(***)

Pov Jessica.

—¡Por fin!–me senté en un sillón.

—Joder si te quejas–ríe Cara.

—¡No Dereck... Ese Bruno le estaba viendo el trasero a mi novia!–se escuchaba a lo lejos.

—Di que estoy con Bruno–susurré y me escondí en el vestuario.

—Oh... Cara, ¿has visto a Jess?–asome la cara un poco y lo vi.

—Mmm...–Cara se rasca la barbilla–Oh claro, está con Bruno.

—¿¡Que!?–aprieta sus manos.

—Oye bajale a tu enojo–Cara lo golpea levemente.

—Además no deberías estar enojado–me acerco a él, saliendo de mi escondite.

—¿Te gusta hacerme enojar?–me abraza.

—Es como peces en un barril–reí.

—Bueno, los dejo solos–Cara me guiña el ojo y desaparece.

—Claro, nunca falta ese tipo de amigos.

—¿Hoy que haremos?–lo beso.

—Mmm... Que te parece una cena familiar y luego vamos al hotel ¿Si?–me mira.

—Claro, me visto y vamos–le planto un beso y me voy.

(***)

—¿Estarás el próximo año?–sonrió Kevin.

–No... Veré que puedo hacer, tal vez vaya a U.S.A y luego regrese a Texas para un descanso–tomo un sorbo de mi soda.

—No podré ir–Amy tenía que viajar a España y creo que Katie va a Canadá.

—¿Quién puede ir?–Cameron aprieta mi rodilla. ¡Que pervertido!

Le susurro un "no".

—Yo como su guarda espalda debo ir...–mira desafiante a Cameron.

—El gran Kevin estará de visita, se debe visitar a mi padre·mira Adrián.

—¿Conoceré tu padres?–Rose mira Adrián y Kevin se echa a reír.

—Creo que si...–se rasca la nuca.

—¡Debo comprar algo bonito!–toma el brazo de Adrián–Jess te amo pero debo irme–y mi respuesta fue a echarme a reír.

—Ok bueno, Amy, Katie, Taylor, Anna, Megan, Cat, Rose, Matt, Kevin y Adrián. No van, sólo mi hermano y Cameron–¡Mierda!

—Pensé que irías conmigo–Katie comienza sollozar, ya sé donde va esto.

—Pero amor, debo llevar a Jess–mi hermano la abraza.

—Tiene a Cameron... Además si un canadiense me mira–comienza a llorar. Que buena actriz, ya entiendo porque la llaman tanto?

—Claro, claro... Cameron cuidala–lo mira desafiante–Pero eso no significa que te meterás en sus bragas–alza la ceja·Vamos al hotel a arreglar las maletas.

—De nada–susurra Katie.

Reí.

—Por fin solos–toma mi mano–Ven vamos al hotel, nosotros también tenemos que arreglar maletas.

(***)

—Si pudiera casarme con esta cama, lo haría–abrazo la almuhada.

—Tendré que ocuparme de eso–se lanza a mi lado y me abraza.

Me acerco más a él.

—Y pensar que cuando nos conocíamos, no nos llevábamos bien–besa mi frente.

—Oye, ¿Y Emma?–arrugo la nariz.

—Pues...–suspira–Está esperando un bebé. El cual me hizo pensar que era mio y no lo era–apretó mi mano.

—Perra...–susurro.

—Ven vayamos a dormir...–me abraza y lentamente me quedé dormida.

(***)

Desperté lentamente, pues unos pequeños rayos del soy me pegaba en los ojos. Abrí los ojos y vi a Cameron observándome, me sonroje.

—¿Que haces?–tome el edredón y me tape hasta la altura de mi nariz.

—Te ves inocente durmiendo–me besa.

—¿Acaso no lo soy?–sonrío.

—Sí, si lo eres–ríe.

Suspiro.

—Jess...–me mira.

—No, no cocinaré... –y me interrumpió.

—Cásate conmigo–sonríe.

Reí a carcajadas.

—No–lo beso y me levanto al baño.

—¿Por que?–grita desde la habitación.

—¡Sé que no eres un chico de corazones y flores... Pero haz el intento!–grito.