『Pʟᴀɴ Z 』«Kɪᴍ Tᴀᴇ Hʏᴜɴɢ» ✓

『Pʀᴏ́ʟᴏɢᴏ』

Querido diario:

¡Hola! Mi nombre es Song Angely, tengo diecisiete años y nací en China porque allí vive mi familia paterna, pero al cumplir yo los cuatro años nos mudamos a Corea del Sur, donde reside mi familia materna.

Hace poco nos mudamos a Seúl por el trabajo de mi madre, así que tuve que cambiar de instituto. No me afectó mucho porque no había hecho ningún amigo en el colegio anterior.

Pero en este colegio, conocí a un chico y llevo ya un año observándolo. Su nombre es Kim TaeHyung y estamos en el mismo salón, pero estoy convencida de que ni siquiera ha notado mi existencia.

Se lo comenté a mis padres y me dieron un par de consejos, pero también me regalaron un cuaderno para que anotara todos mis pensamientos y así poder aclarar mis sentimientos a partir de este momento.

¡Y sí!¡Ese cuaderno eres tú, querido diario!

Aunque...debería ponerte un nombre...

¡Oh!¡Ya sé!

YuQi.

Ese será tu nombre y serás mi mejor amiga a partir de ahora. Así se llamaría mi prima paterna de haber sido mujer. Me dijeron que sería mi amiga y podríamos jugar juntas, pero en su lugar, nació mi primo LuHan, y él nunca quiso jugar conmigo.

En fin, YuQi, a partir de este momento serás mi mayor confidente y amiga ¿ok?

Ok.

Lo primero que debes saber de mí, es que todos piensan que soy una niña (a pesar de mi edad) porque a veces suelo tener actitudes típicas de niños pequeños. Por ejemplo, me encantan los dulces, y mis padres recompensan mis notas con bolsitas de dulces. También suelo llevar mi propio almuerzo al instituto ¡Hecho por mí misma! y me siento en las mesas de las esquinas al final, o simplemente en cualquiera de los patios que estén vacíos.

No es por presumir, pero soy bastante inteligente y es por eso que suelo obtener muy buenas notas en todo, incluso Educación Física.

Me gusta mucho la música y casi siempre estoy cantando o bailando pero me aguanto las ganas en la escuela porque siempre se burlan de mí.

Se burlan porque soy de procedencia china y mi físico me delata.

Se burlan porque me gusta vestirme con muchos colores.

Se burlan porque no uso maquillaje.

Se burlan porque me gusta hacer soniditos raros cuando estoy muy concentrada o cuando algo me sale bien.

Se burlan porque siempre estoy sola y nadie quiere acercarse porque me ven rara.

Entonces preferí simplemente ignorar todo aquello y seguir con mis "actitudes infantiles" yo sola, conpartiéndolas con la brisa que me golpea cada vez que corro por los pasillos.

Tanta soledad la sobrellevo con mis padres, quienes me dedican bastante tiempo (mi padre aún más ahora que está desempleado, momentáneamente), pero ellos aún piensan que soy una niña pequeña.

¡Y no lo soy!

Independientemente de lo que los demás piensan, soy una mujercita bastante hecha y derecha.

¿Te sorprenderías si te dijera que ya no soy virgen y que me compré un consolador para llenar la ausencia de un novio?

Porque sí, no soy santa, tampoco diabla, pero mis cositas traviesas sí que hago.