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Las clases habían comenzado y la impresión de los ajenos para con Angely se hacía presente cada vez que los profesores hacían una pregunta y ella, inmediatamente, alzaba la mano con emoción para contestar.

¡Incluso los profesores estaban asombrados!

-¿Alguien gusta pasar a la pizarra a resolver este ejercicio?-preguntó la profesora de Matemáticas. Obviamente aquella era una pregunta retórica. Si nadie se ofrecía, la misma maestra se encargaría de elegir alguien al azar.

Pero, y ya no tan de sorpresa, fue Angely quien se ofreció a ir, obteniendo un asentimiento por parte de la profesora.

Con una sonrisa, se levantó, tomo una tiza que su maestra le ofrecía y procedió a resolver la función que estaba representada en la pizarra.

f(x)=x³-8

¡Pff! Pan comido para Angely.

Halló su dominio, su imagen, la monotonía y los ceros, que era lo que el ejercicio pedía, y lo hizo tan rápido y con tanta precisión que la profesora le murmuró un: Felicidades, cuando le entregó la tiza de vuelta.

-¿Ya vió profe?-saltó una chica, llamando la atención de toda el aula-. La rarita pretende ser popular ganándose a los profesores y maquillándose.

Aquella burla sólo le causó gracia a esa chica y dos que parecían ser sus amigos, y antes que la profesora quisiera llamarles la atención, la misma Angely respondió.

-No es bueno meter la nariz en asuntos ajenos, menos si es para burlarte, porque, a diferencia tuya, yo ya tengo todas las materias aprobadas.

Una exclamación de: Uhhh, hizo eco en el aula y mientras Angely volvía a sus asuntos, resolviendo ejercicios, aquella chica se mostraba ofendidísima.

-¿¡Está viendo, profe!?-escandalizó.

-No puedo hacer nada, señorita Kwon-se encogió de hombros y se acomodó los lentes-. La joven Angely no dijo más que la verdad y en defensa propia porque fue usted quien se burló de ella sin razón.

El salón quedó en un total silencio, y todas las miradas iban de Angely a la otra chica, notando como una parecía ignorar el mundo a su alrededor y la otra parecía echar espuma por la boca.

-Ahora-la maestra volvió a llamar la atención-, veamos el siguiente ejercicio.

-¡No! Espere, profe-se escuchó el ruego de JungKook, Angely lo reconoció, pero era demasiado tarde, la profesora ya estaba borrando el ejercicio.

Angely, que se sentaba en el pupitre frente al muchacho quejumbroso, dió la vuelta y, con una sonrisa, le extendió su cuaderno.

-También tiene los otros cuatro ejercicios ya resueltos-susurró.

JungKook se quedó, al igual que JiMin y TaeHyung que observaban todo desde el otro lado del aula, en un momentáneo estado de shock mas luego hizo una reverencia con la cabeza y sonrió.

-Gracias.

-No hay de qué-se encogió de hombros, volvió a su posición inicial y se dispuso a jugar con los dijes de sus pulseras.

Ella sabía que al pelinegro amigo del chico que la traía loca no se le daban bien las matemáticas y por ello copiaba todos los ejercicios ya resueltos de la pizarra, para guiarse por ellos y estudiar después.

Algo muy inteligente de su parte, admitía Angely.

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Cuando llegó la hora del receso, la gran mayoría de los alumnos y profesores se encontraban en la cafetería y Angely no fue la excepción.

『Pʟᴀɴ Z 』«Kɪᴍ Tᴀᴇ Hʏᴜɴɢ» ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora