Alelí
A la mañana siguiente fui a la sala comedor ya lista para partir. Le sonreí a Dracaína que estaba sentada mirando para el pasillo, pero me daba la espalda un sujeto con el cabello gris, delgado y alto.
—¿Y Cruz? —pregunté acercándome mientras me ataba el pelo. El sujeto se dio vuelta y pude ver que una franja negra le adornaba un costado del cabello, su mirada verde me miró divertida.
Me acerqué a verlo.
—¿Cruz? — Reprimió reírse.
—¿Sí? —dijo con una pequeña sonrisa antes de beber un sorbo.
—Así que esos son tus colores naturales —
Asintió una vez. Me senté en la punta de la mesa frente a la ventana. Miré a Dracaína y la encontré mirándonos alternativamente a los dos con una sonrisa.
—¿Te pasa algo en los ojos, Ina? Una basurita...—comentó Cruz molesto, también se había dado cuenta.
—Nada, nada...—contestó rápidamente mientras apoyaba la taza en la mesa.
—¿Café con leche o chocolate? —me preguntó después con gentileza.
—Em...—contesté dudando.
–Café con leche...—contestó Cruz levantándose de la silla y yendo a la cocina que estaba detrás de mí cruzando una puerta.
—Disculpá a mi primo, suele ser descortés. Dejá que ella decida —lo retó Ina. Lo miré sobre mi hombro y él me miró confiado.
—Confiá en mí, vos querés mi café con leche —dijo antes de darse vuelta.
—Más te vale que no me arrepienta entonces —dije volviendo la vista— ¿Y vivís sola, Ina?— le pregunté sin proponérmelo. Cerré los ojos y apreté lo labios.
—Perdón, seguro es algo privado...— Ina negó con la cabeza.
—Habló con sinceridad al responderte, Alelí. Vivo con mi esposo y mi hermano menor de treinta años—
—¿Hermano menor? —pregunté incrédula con una sonrisa. Me miró sin entender.
—Sí ¿pasa algo?—
—Es un niño, Ale; como si fuera un niño de diez años —avisó Cruz elevando la voz desde la cocina.
Otra vez apreté los labios y negué.
—Perdón, no estoy acostumbrada a tantos números para un niño—
Sonrió, entendiendo.
—Está bien, sí, él ayuda a mi esposo en el negocio de la carpintería ¡Ni siquiera tiene sus colores definidos y ya quiere trabajar! ¿Te lo podés imaginar?—dijo incrédula, le sonreí.
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El Portal (Saga Aeternum #1)
Novela JuvenilUn día descubren dónde están. Alelí ni siquiera sabía que la estaban escondiendo, que el hombre que la crió conocía a sus padres o que su mejor amiga y el chico que le gusta tanto son soldados brujos. Mucho menos pudo saber que desde ese día todo...