Día 7

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En el día más brillante

En la noche más oscura
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Atalaya
3:12 am

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Miró las últimas gotas de agua recorrer sus talones antes de secarse cuando escuchó la puerta de la habitación abrirse y cerrarse.

Chasqueo la lengua y se enredó la toalla alrededor de la cintura, frunciendo ligeramente el ceño, suspiró cansado y agobiado. Apenas salió del celo falso se enteró del mundo en caos y en su forma más primitiva. Alfas y Omegas con su instinto despierto.

Salió a la habitación dejando una estela de vapor salir con él, adentrándose a su propio aroma que llenaba el lugar, como era común después del celo, aún con buena ventilación, los lugares quedaban impregnados por horas con el aroma individual.

Sin embargo, su cuerpo se estremeció ligeramente y tuvo la intención de inhalar profundo el aroma que coincidía armónicamente con el suyo. Se detuvo sobre sus propios pies y alzó la mirada encontrándose con ojos rojos que lo miraban de forma inquisitiva.

— ¿Qué es lo importante? — preguntó

Kal-El flotaba ligeramente sobre el suelo cuando estaba ansioso. Batman lo sabía.

— Superboy marcó a Red Robin. Creí que debía decírtelo en persona — aún con el rostro cubierto en ira y confusión, logró vislumbrar la tristeza que inundaba al siempre amable Superman.

— ¿Algo más? —

Lo vio fruncir el ceño de forma violenta y negar con la cabeza antes de tensar el rostro. A veces, el alfa también era muy emocional.

Maldición. Le estoy prestando demasiada atención a sus conductas — pensó. Antes de recordar que estaba sólo con una toalla en la cintura. Atravesó la habitación sin mirar al Alfa que lo seguía con la mirada

— No pareces molesto ni sorprendido — afirmó Superman mirarlo actuar con demasiada tranquilidad

— Llevan 2 años siendo pareja — se detuvo antes de soltar la toalla para vestirse, girando, le dio la espalda al alfa, colocándose un bóxer negro y trató de también colocarse la parte inferior del traje del murciélago. —Estaban en celo — continuó

Superman no apartó la vista. Aquella escena no le incomodaba a ninguno de los dos, era algo común después de convivir tanto.

El kryptoniano miró la espalda llena de cicatrices como era usual, sin embargo, ahí en la nuca notó un ligero tinte rojizo, similar al que captó en el glúteo izquierdo. Bruce sintió el ligero escrutinio en su cuerpo y se tensó un poco, presa de las hormonas del celo, no sabía si sentirse halagado o incómodo.

— Que mier... — gruño, sintiendo que su nuca era ligeramente tocada por solo un segundo, cuando una ráfaga de viento le hizo saber que el kryptoniano se había alejado.

— Lo siento, yo... — suspiró molesto. Clark tuvo la decencia de ruborizarse y mostrarse incómodo.

— Basta. Esta rojo por el celo, eso es todo — contestó a la pregunta no hecha — Esta reacción tuya también es por el celo, mi aroma está por toda la habitación — suspiró cansado — supongo que es normal —

Superman se mordió la mejilla y asintió, tratando de relajarse. Cambiando al fin, sus ojos rojos a su azul característico. Buscó enfocar su vista a otro lugar mientras esperaba que Batman terminará de colocarse el pantalón

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