Pre-partido

97 6 0
                                    

POV: Harry

Cuando tía Cissy me despertó la mañana del partido, salí de mi cama saltando de la emoción

- Es la hora de irse, Harry, cielo - me susurró

Busqué las gafas con la mano, me las puse y salí volando de mi cama para cambiarme. Fuera estaba radiante. Me encaminé al comedor donde mi tío Lu seguía quejándose de su ropa muggle. El reírme cuando me enteré que Draco había tomado estudios muggles, me costó que me maldijera, pero a Draco le salió el tiro por la culata: Tía Cissy lo castigó haciendo labor con los elfos un fin de semana, pero sus conocimientos muggles, más los de mi padrino y los míos, nos sirvieron para encontrar buena ropa, elegante, pero muggle. Lunático y Canuto entraron, emocionados.

- Bueno, desayunamos y nos vamos - explicó mi padrino

Todos usábamos jeans y camisas blancas, pero cada uno le ponía su estilo. Mi tío Lu usaba un jean negro, con un saco y camisa blanca, muy elegante. Lunático era una versión miniatura. Mi tía Cissy usaba una blusa blanca con mangas acampanadas, y un cinturón ancho color negro, con una bufanda verde al cuello. Mi padrino y Canuto se vestían muy parecido, ambos con jeans azules, una camiseta blanca y una chaqueta de cuero, solo que mi padrino usaba una negra con guantes de motociclista, mientras que Cassie usaba una chaqueta magenta con una gorra Gatsby (ella solía usar gorras gatsby). Nos sentamos a desayunar con toda tranquilidad.

-  ¿Cómo vamos a llegar todos sin que lo noten los muggles? - pregunté

 - Ha sido un enorme problema de organización - dijo el tío Lu, comiendo su omelette - La cuestión es que unos cien mil magos están llegando para presenciar los Mundiales, y naturalmente no tenemos un lugar mágico lo bastante grande para acomodarlos a todos. Hay lugares donde no pueden entrar los muggles, pero imagínate que intentáramos meter a miles de magos en el callejón Diagon o en el andén nueve y tres cuartos...

- Todo un lío - acotó Lunático

- Así que teníamos que encontrar un buen páramo desierto y poner tantas precauciones antimuggles como fuera posible. Todo el Ministerio ha estado trabajando en ello durante meses. En primer lugar, por supuesto, había que escalonar las llegadas. La gente con entradas más baratas ha tenido que llegar dos semanas antes, por eso nosotros llegamos hoy. Ten en cuenta, Harry, que los magos vienen de todas partes del mundo. Algunos se aparecen, claro, pero lo que no pueden o no quisieron, pueden usar un traslador

- Son objetos que sirven para transportar a los magos de un lugar a otro a una hora prevista de antemano - explicó mi padrino

- Han dispuesto doscientos puntos trasladores en lugares estratégicos a lo largo de Gran Bretaña.

- ¿Qué tipo de objetos son los trasladores? - pregunté con curiosidad.

- Bueno, pueden ser cualquier cosa - dijo mi padrino - Cosas que no llamen la atención, desde luego, para que los muggles no las cojan y jueguen con ellas... Cosas que a ellos les parecerán simplemente basura.

- ¿Vamos a usar eso? - pregunté

- No, si hubiéramos usado eso, hubiéramos tenido que despertarnos bien temprano, para acoplarnos al horario. Nos vamos a aparecer conjuntamente en un bosque cercano.

- Algo que agradezco, porque soy tan puntual como dormilona - dice Canuto

Terminamos de desayunar y salimos de los límites de la mansión, para aparecernos. Nos agarramos de las manos y aparecimos en un bosque desierto, incapaces de ver gran cosa a través de la niebla. Después de unos veinte minutos encontramos una casita de piedra junto a una verja. Había un hombre en la entrada, observando las tiendas. Nada más verlo, reconocí que era un muggle, probablemente el único que había por allí. Al oír nuestros pasos se volvió para mirarnos.

3) Cassiopeia Malfoy y el cáliz de fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora