Hurón Malfoy

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Llegamos al vestíbulo, abarrotado ya de gente que hacía cola para entrar a cenar. Estábamos viendo el profeta, pero a escondidas de Ginny.

- ¡Canuto, Lunático! ¡Eh, chicos! - nos llamó Harry

Ocultamos el periódico detrás de nosotros y nos dimos vuelta

- ¿Qué ocultan? - preguntó Ronald

- Nada - dijimos

Harry nos quitó el periódico de un tirón, con una sonrisa, y comenzó a leer:

- "MÁS ERRORES EN EL MINISTERIO DE MAGIA Parece que los problemas del Ministerio de Magia no se acaban, escribe Rita Skeeter, nuestra enviada especial. Muy cuestionados últimamente por la falta de seguridad evidenciada en los Mundiales de quidditch...! Mejor lo dejo ahí, no importa.

- Y aún incapaces de explicar la desaparición de una de sus brujas - dice Ronald, en voz baja, quien le quitó el periódico 

¿Es que nadie entiende que, si no les quieren dar el periódico, es por su bien?

- "Los funcionarios del Ministerio se vieron inmersos ayer en otra situación embarazosa a causa de la actuación de Arnold Weasley, del Departamento Contra el Uso Incorrecto de los Objetos Muggles"

- Lo lamento - dije - Ni siquiera aciertan su nombre

- "Arnold Weasley, que hace dos años fue castigado por la posesión de un coche volador, se vio ayer envuelto en una pelea con varios guardadores de la ley muggles (llamados «policías») a propósito de ciertos contenedores de basura muy agresivos. Parece que el señor Weasley acudió raudo en ayuda de Ojoloco Moody, el anciano ex auror que abandonó el Ministerio cuando dejó de distinguir entre un apretón de manos y un intento de asesinato. No es extraño que, habiéndose personado en la muy protegida casa del señor Moody, el señor Weasley hallara que su dueño, una vez más, había hecho saltar una falsa alarma. El señor Weasley no tuvo otro remedio que modificar varias memorias antes de escapar de la policía, pero rehusó explicar a El Profeta por qué había comprometido al Ministerio en un incidente tan poco digno y con tantas posibilidades de resultar muy embarazoso".

- ¡Hasta puso una foto! - dijo Granger, indignada

- Mira - dije con tono comprensivo - Tu madre al menos aparece...

- ¿Y te has fijado en tu madre, mini Malfoy? - preguntó Ronald, quien no había captado el tono de lo fastidiado que estaba - Esa expresión que tiene, como si estuviera oliendo mierda ¿La tiene siempre, o sólo cuando están cerca?

- No te atrevas a hablar de nuestra madre - dijimos Draco y yo, blandiendo las varitas

- Pues no se metan donde no los llaman - dice dándose la vuelta

Harry se disculpó muy rápido, pero yo no dije nada (ni entendí tampoco) de la furia. Ni me di cuenta que Harry se había dado vuelta, porque estaba lanzando maleficios a Ronald, pero Ginny me toma del brazo, haciendo que falle mi tiro y casi le doy a Harry. Otro BOOM que vino de las escaleras y yo estaba junto a...

- ¡AH, NO, TÚ NO, MUCHACHO! - dice el profesor Moody bajaba cojeando por la escalinata de mármol.

Había sacado la varita y apuntaba con ella a un hurón blanco que tiritaba sobre el suelo de losas de piedra, en el mismo lugar en que había estado mi hermano. Un aterrorizado silencio se apoderó del vestíbulo. Salvo Moody, nadie movía un músculo. Moody se volvió para mirar a Harry. O, al menos, lo miraba con su ojo normal. El otro estaba en blanco, como dirigido hacia el interior de su cabeza.

- ¿Te ha dado? - gruñó Moody. Tenía una voz baja y grave.

- No - respondió Harry - sólo me ha rozado.

3) Cassiopeia Malfoy y el cáliz de fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora