- ¿Y si dejamos Hogwarts? - dije en un rayo de no sé qué
- Pues tus padres seguro nos aceptan devuelta en casa
- No, no, olvídalo ¿Abandonar los estudios? No podemos hacer eso
Entonces me di cuenta de algo: Cedric seguía sin saber lo de los dragones. Era el único de los campeones que no se habría enterado, si Harry estaba en lo cierto al pensar que Maxime y Karkarov se lo habían contado a Fleur y Krum.
- Tenemos que decirle a Cedric - dijo Harry, quien pensaba lo mismo que yo
- Sí, vamos, falta poco para las clases. Si quieres voy yo, mis clases son dentro del colegio
- No, no, vamos juntos
Cuando llegamos a la escalinata de mármol, Cedric ya estaba al final de ella, acompañado por unos cuantos amigos de sexto curso. Harry no quería hablar con Cedric delante de ellos, porque eran de los que le repetían frases del artículo de Rita Skeeter cada vez que lo veían. Lo seguimos a cierta distancia, y vi que se dirigía hacia el corredor donde se hallaba el aula de Encantamientos. Eso me dio una idea. Deteniéndome a una distancia prudencial de ellos, saqué la varita y apunté con cuidado.
- ¡Diffindo!
A Cedric se le rasgó la mochila. Libros, plumas y rollos de pergamino se esparcieron por el suelo, y varios frascos de tinta se rompieron. Harry me miró con el ceño fruncido y yo me encogí de hombros
- No se molesten - dijo Cedric, irritado, a sus amigos cuando se inclinaron para ayudarlo a recoger las cosas - Díganle a Flitwick que no tardaré, vamos.
Aquello era lo que había pretendido. Me guardé la varita en la túnica, esperamos a que los amigos de Cedric entraran en el aula y nos apresuramos por el corredor, donde sólo quedaba Cedric y nosotros.
- Hola - nos saludó Cedric, recogiendo un ejemplar de Guía de la transformación, nivel superior salpicado de tinta - Se me acaba de descoser la mochila... A pesar de ser nueva.
- Cedric - le dijo Harry sin más preámbulos - la primera prueba son dragones.
- ¿Qué? - exclamó Cedric, levantando la mirada.
- Dragones - repetí hablando con rapidez por si el profesor Flitwick salía para ver lo que le había ocurrido a Cedric - Han traído cuatro, uno para cada campeón, y tenemos que burlarlos.
Cedric nos miró, y vi en sus hermosos grises ojos parte del pánico que me embargaba.
- ¿Están seguros? - inquirió Cedric en voz baja.
- Completamente - respondió Harry - Los he visto.
- Pero ¿Cómo se enteraron? Se supone que no podemos saber...
- No importa - contesté con premura, no iba a delatar al profesor Hagrid - Pero no somos los únicos que lo sabe. A estas horas Fleur y Krum ya se habrán enterado, porque madame Maxime y el profesor Karkarov también los vieron.
Cedric se levantó con los brazos llenos de plumas, pergaminos y libros manchados de tinta y la bolsa rasgada colgando y balanceándose de un hombro. Nos miró con una mirada desconcertada y algo suspicaz.
- ¿Por qué me lo han dicho? - preguntó.
- Es justo ¿No te parece? - le dije - Ahora todos lo sabemos...
- Estamos en pie de igualdad ¿No? - dijo Harry
Cedric seguía mirándonos con suspicacia cuando escuché tras de mí un golpeteo que me resultaba conocido. Harry y yo nos volvimos y vimos que Ojoloco Moody salía de un aula cercana.
- Vengan conmigo, Potter y Malfoy - gruñó - Diggory, entra en clase.
- Eh... profesor, ahora me toca Herbología... - dijo Harry
- Sí, y a mi Transformaciones
- No se preocupen. Acompáñenme al despacho, por favor...
Lo seguimos, bastante nerviosos. Entré en el despacho después de Moody, y Harry después de mí, que cerró la puerta tras de nosotros, se volvió hacia nosotros y nos miró con ambos ojos
- Eso ha estado muy bien - dijo Moody en voz baja.
No supe qué decir. Aquélla no era la reacción que esperaba.
- Siéntense - indicó Moody.
El despacho se encontraba abarrotado de extraños objetos que Moody debía de haber empleado en sus tiempos de auror.
- ¿Te gustan mis detectores de tenebrismo? - preguntó Moody, mirando a Harry detenidamente.
- ¿Qué es eso? - preguntó a su vez Harry, señalando la aparatosa antena dorada.
Harry se mostraba más interesado en eso que yo.
- De forma que averiguaron lo de los dragones ¿Eh? Está bien - dijo Moody, sentándose y extendiendo la pata de palo - La trampa es un componente tradicional del Torneo de los tres magos y siempre lo ha sido.
- Yo no he hecho trampa - replicó Harry con brusquedad - Lo averigüé por una especie de... casualidad.
Moody sonrió.
- No pretendía acusarte, muchacho. Desde el primer momento le he estado diciendo a Dumbledore que él puede jugar todo lo limpiamente que quiera, pero que ni Karkarov ni Maxime harán lo mismo. Les habrán contado a sus campeones todo lo que hayan podido averiguar. Quieren ganar, quieren derrotar a Dumbledore. Les gustaría demostrar que no es más que un hombre.
Moody repitió su risa estridente, y su ojo mágico giró tan aprisa que me mareé de sólo mirarlo.
- Bien... ¿Tienen alguna idea de cómo burlar al dragón? - preguntó Moody.
- No - dijimos
- Bueno, yo no les voy a decir cómo hacerlo - declaró Moody - No quiero tener favoritismos. Sólo les daré unos consejos generales. Y el primero es: aprovechen su punto fuerte.
- No tengo ninguno - contestó Harry casi sin pensarlo.
- Perdona - gruñó Moody - Si digo que tienen un punto fuerte en común, es que lo tienen
- Sí tenemos, Harry, y uno en común, el quidditch - dije tratando de encontrar sentido
- Bien - dijo Moody, mirándonos intensamente con su ojo mágico, que en aquel momento estaba quieto - Me han dicho que vuelan estupendamente.
- Sí, pero... - dijo Harry - No podemos llevar escoba; sólo tendré una varita...
- Mi segundo consejo general - lo interrumpió Moody - es que emplees un encantamiento sencillo para conseguir lo que necesitas.
Harry lo miró sin comprender, pero yo ya lo tenía, el encantamiento que Harry me había pedido que le enseñara por semanas
- Vamos, muchachos... - susurró Moody - Conecta ideas... No es tan difícil.
Ya está, si teníamos las saetas con nosotros lo teníamos en la bolsa
- Nos vemos a la hora del almuerzo, ya sé que hay que hacer - le dije cuando cerramos la puerta del despacho de Moody - No hay tiempo que perder, tienes que aprenderlo en una tarde
- ¿Qué cosa? ¿El encantamiento convocador? - yo asentí, sonriente - Realmente estamos conectados, Canuto - dice sonriente, y despeinándome antes de cada uno correr a su clase
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NOTA DE AUTOR:
jajajaja Perdón por no actualizar, recién me doy cuenta que hasta capítulos en borrador tenía, pero es que las cosas están algo locas para mi, pero voy a ser tan constante como pueda. Y comenten para saber que les gusta 😣😣
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3) Cassiopeia Malfoy y el cáliz de fuego
FanfictionMuy emocionada por ver los retos del cáliz de fuego, Cassie comienza el tercer año en Hogwarts, pero la suerte esta otra vez en su contra y su año se pondrá patas arriba.