POV: Harry
Cuando por fin llegamos a las tiendas, nadie tenía sueño y, así que nos sentamos en la mesa todos juntos para tomar una última taza de chocolate con leche antes de acostarse. No tardamos en enzarzarnos en una agradable discusión sobre el partido, pero tía Cissy no nos dejaría desvelarnos
- ¡A las camas! - dijo levantando la mesa con su varita - Cassie, tu habitación es la segunda puerta, Sirius la tuya es la tercera, y muchachos son la primera
- ¿No era chiste? - dice Draco
- No, todas las habitaciones son del mismo tamaño, pero esta tiene una menos, así que tienen una litera
Draco y yo cruzamos miradas con desafío y emprendemos carrera a quien escoge la litera de arriba
- ¡Gané! - dice él poniendo su maleta sobre la cama
Por la carrera no me habia dado cuenta que la habitación era pequeña para un Malfoy, pero de pequeña no tenía nada. Era del mismo tamaño que la habitación que tenía en Privet Drive. Nos pusimos las pijamas y, después que mis tíos, mi padrino y Cassie se despidieran con un beso de buenas noches, nos fuimos a dormir. Aunque yo repasaba algunas de las jugadas más espectaculares de Krum, y se moría de ganas de volver a montar en mi Saeta de Fuego y probar el «Amago de Wronski». Oliver Wood no había logrado nunca transmitir con sus complejos diagramas la sensación de aquella jugada... Me imaginé a mí mismo vistiendo una túnica con mi nombre bordado a la espalda e intentó representarse la sensación de oír la ovación de una multitud de cien mil personas cuando Ludo Bagman pronunciaba mi nombre ante el estadio: «¡Y con ustedes... Potter!» No supe a saber a ciencia cierta si me había dormido o no (mis fantasías de vuelos en escoba al estilo de Krum podrían muy bien haber acabado siendo auténticos sueños); lo único que supo fue que, de repente, mis tíos estaban gritando.
- ¡Levántense! ¡Draco, Harry... Deprisa!
Me incorporé bien rápido, con Lunático, nos pusimos zapatos y una bata sobre la pijama, y bajamos las escaleras.
- ¿Qué pasa? - preguntó Cassie, frotándose los ojos mientras baja
Intuí que algo malo ocurría, porque los ruidos del campamento parecían distintos. Los cánticos habían cesado. Se oían gritos, y gente que corría. Sirius, quien se veía alterado como el resto de los adultos, estaban con varita en mano y bien cambiado.
- ¡Sirius, coge a los niños y llévatelos al bosque! Suban a un árbol y no se muevan hasta que vayamos. Nosotros vamos a ver con que podemos ayudar ¡Rápido!
Sirius obedeció y salió a toda prisa de la tienda, con los tres jóvenes delante. A la luz de los escasos fuegos que aún ardían, pudo ver a gente que corría hacia el bosque, huyendo de algo que se acercaba detrás, por el campo, algo que emitía extraños destellos de luz y hacía un ruido como de disparos de pistola. Llegaban hasta nosotros abucheos escandalosos, carcajadas estridentes y gritos de borrachos. A continuación, apareció una fuerte luz de color verde que iluminó la escena. A través del campo marchaba una multitud de magos, que iban muy apretados y se movían todos juntos apuntando hacia arriba con las varitas. Me detuve medio segundo, voltee a ver y entorné los ojos para distinguirlos mejor. Parecía que no tuvieran rostro, pero luego comprendí que iban tapados con capuchas y máscaras. Por encima de ellos, en lo alto, flotando en medio del aire, había cuatro figuras que se debatían y contorsionaban adoptando formas grotescas. Era como si los magos enmascarados que iban por el campo fueran titiriteros y los que flotaban en el aire fueran sus marionetas, manejadas mediante hilos invisibles que surgían de las varitas. Dos de las figuras eran muy pequeñas. Al grupo se iban juntando otros magos, que reían y apuntaban también con sus varitas a las figuras del aire. La marcha de la multitud arrollaba las tiendas de campaña. El griterío iba en aumento. Las personas que flotaban en el aire resultaron repentinamente iluminadas al pasar por encima de una tienda de campaña que estaba en llamas, y reconocí a una de ellas: era el señor Roberts, el gerente del campamento. Los otros tres bien podrían ser su mujer y sus hijos. Con la varita, uno de los de la multitud hizo girar a la señora Roberts hasta que quedó cabeza abajo: su camisón cayó entonces para revelar unas grandes bragas. Ella hizo lo que pudo para taparse mientras la multitud, abajo, chillaba y abucheaba alegremente.
- ¡Harry! ¿Dónde estas, Harry? - me llegaron los gritos de mi padrino, pero no podía verlo
La indicación era ir al bosque y subir a un árbol, bien, veremos si los encuentro por ahí. Las farolas de colores que habían iluminado el camino al estadio estaban apagadas. Oscuras siluetas daban tumbos entre los árboles, y se oía el llanto de niños; a su alrededor, en el frío aire de la noche, resonaban gritos de ansiedad y voces aterrorizadas. Avanzaba con dificultad, empujado de un lado y de otro por personas cuyos rostros no podía distinguir. De pronto distinguí a Ron y a Hermione
- ¡Chicos! - grité, una figura conocida me quitó un poco del miedo
Los chicos no tuvieron tiempo de reprocharme por no haberles dicho nada de mi estancia con los Malfoy, porque Hermione me tomó de la mano y nos llevó a seguir corriendo al bosque. De pronto oyó a Ron gritar de dolor,pues se había caído
- Bueno, con pies de ese tamaño, lo difícil sería no tropezar - dijo detrás de nosotros una voz que arrastraba las palabras.
Nos volvimos con brusquedad. Draco y Cassie se habían trepado en un árbol, pero no había señal de Sirius. Ron mandó a Draco a hacer algo que nunca habría dicho delante de su madre.
- Cuida esa lengua, Ronald - le respondió Cass, con un brillo en los ojos - Eres un irresponsable, Harry
- Tío Sirius ha ido a buscarte, idiota - me regañó Draco
- ¿¡Qué?! ¿Dónde está?
- No lo sabemos ¿No sería mejor que echen a correr? - dijo Draco, fijándose en la presencia de Hermione - No les gustaría que la vieran, supongo...
Señaló a Hermione con un gesto de la cabeza, al mismo tiempo que desde el campamento llegaba un sonido como de una bomba y un destello de luz verde iluminaba por un momento los árboles que había a su alrededor.
- ¿Qué quieres decir? - le preguntó Hermione desafiante
- Que van detrás de los muggles, Granger - explicó Cassie - ¿Quieres ir por el aire enseñando las bragas? Vienen hacia aquí, y les divertiría muchísimo.
- ¡Hermione es bruja! - exclamó Ronald
- Le diremos a mi padrino que estas bien - siguió Cass . Parecen rastreadores de sangre sucia
- ¡Te voy a lavar la boca! - gritó Ron.
- No importa, Ron - dijo Hermione rápidamente, agarrándolo del brazo para impedirle que se acercara a Cass
Desde el otro lado de los árboles llegó otra explosión, más fuerte que cualquiera de las anteriores. Cerca de ellos gritaron algunas personas. Cassie y Draco ni se inmutaron
- Qué fácil es asustarlos ¿Verdad? - dijo Draco, con calma - Supongo que su papá les dijo que se escondieran
- ¿Dónde están tus padres? - preguntó Hermione - Tendrán una máscara puesta ¿No?
Yo me había encariñado con mis tío, no iba a soportar que hablaran así de ellos, pero Draco se me adelantó con una sonrisa maliciosa
- Bueno, si así fuera, me temo que no te lo diría
- Venga, vámonos - los apremió Hermione - Tenemos que buscar a los otros.
- Mantén agachada tu cabezota, Granger - dijo Draco
- Vámonos - repitió Hermione, y nos arrastró de nuevo al camino.
- ¡Les apuesto lo que quieran a que su padre es uno de los enmascarados! - exclamó Ron, furioso.
- ¡Bueno, con un poco de suerte, el Ministerio lo atrapará! - repuso Hermione enfáticamente
- Vuelven a hablar así de mi tío Lu y los maldigo - les digo, ellos me miran sorprendidos
Conociendo a Draco y a Cassie me di cuenta que eran verdaderos slytherins, lo que dijeran los demás, no sólo les resbalaba, sino que les divertia. Aunque supingo que fue producto de años de rumores infundados, alguna reacción debían tener.
- ¿Tío Lu?
- ¡Ay, bueno! - dijo Hermione, retomando camino - ¿Dónde están los otros?
Fred, George y Ginny habían desaparecido, aunque el camino estaba abarrotado de gente que huía sin dejar de echar nerviosas miradas por encima del hombro hacia el campamento. Un grupo de adolescentes en pijama discutía a voces, un poco apartados del camino.
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3) Cassiopeia Malfoy y el cáliz de fuego
FanficMuy emocionada por ver los retos del cáliz de fuego, Cassie comienza el tercer año en Hogwarts, pero la suerte esta otra vez en su contra y su año se pondrá patas arriba.