Aguante.

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Aunque Chuuya no lo admitiera una de las cosas que más le gustaban de su relación con el suicida castaño era su forma de hacerle el amor. En una relación como la de ellos donde discutían todo el tiempo y los golpes e insultos eran el pan de cada día y para cualquier persona ajena lo que había entre ellos era odio mezclado con lujuria y no amor no era de extrañar el pensamiento de terceros sobre que la intimidad entre ellos tenía más sangre y fetiches extraños que sentimientos.

Sin embargo, todo aquello no era mas que una divertida mentira para la pareja, claro que en han tenido sus momentos de diversión donde los deseos más oscuros salen a la luz y las esposas, correas, látigo y trajes de sirvienta escondidos en el fondo de armario lo avalaban.

Cuando hacían el amor, Dazai se tomaba todo el tiempo del mundo para hacer sentir a su amado la creación más esplendida del universo. Tomaba la eternidad misma para volverla suya y finalmente usarla para alabar a su novio pelirrojo como si un dios se tratara.

Los besos esparcidos por todo su cuerpo con calma y entre frases llenas de ternura eran una canción de cuna que tranquilizaban su alma. Las perezosas caricias combinadas con algún ingenioso comentario le sacaban las sonrisas más bellas que se pudieran apreciar en un ser humano, algunas veces lo hacía reír tanto que por un rato perdían la seriedad y pasión del momento logrando que se sintiera como un joven normal y no como un joven ejecutivo de la mafia, así como fuerte usuario de habilidad.

Los excitantes movimientos subidos de tono le hacían ver las estrellas aun sin llegar al climax, mordidas y chupetones estratégicamente hechos para el deleite mutuo en conjunto con las frases obscenas que hacían arder su piel eran la invitación máxima de la locura y la seducción.

Por su parte Dazai amaba hacerle el amor lento y tendido a su pareja, amaba adorarlo como merecía, mimarlo hasta el cansancio, hacer que sintiera el placer en toda la extensión de la palabra era su meta de cada ocasión. Para él no solo era satisfactorio el acto carnal, para él era satisfactorio ver cada una de las expresiones de su novio en cada momento y poder disfrutarlas, saber que solo él podía provocarlas de la misma manera que únicamente se las concedían al él, todo aquello en conjunto le llevaba al más puro éxtasis.

A pesar de eso, existía una más razón sumamente egoísta por la que Osamu amaba tomarse su tiempo para hacerle el amor a Chuuya, razón que hacía reír al pelirrojo hasta que le salieran lágrimas, aunque no le molestaba ni un poco.

A Osamu le gustaba hacer lento el amor por el simple y sencillo hecho de que Nakahara tenía mejor condición física que su persona, eso le daba un aguante increíble muy alejado del ritmo que podía seguir el castaño. Ese pequeño hecho le causo que por mucho tiempo temiera no poder complacer sexualmente a su pareja.

Al final de alguna manera llegaron a un punto donde ambos se sintieran felices y plenos en la intimidad, el suicida había dejado ir sus complejos y el pelirrojo no podía estar más contento, aunque claro no podemos olvidar mencionar que había días donde la pasión les ganaba y si querían un segundo round seria el más bajo quien tuviera que hacer la mayor parte del trabajo, pero ellos eran felices siendo eso lo más importante.


~~~Notitas~~~

Muchas gracias por leer <3

Esto en un inicio tendría mas comedia y eso pero como siempre algo me tiene que salir mal y termino siendo algo completamente diferente XD

Es poquito pero es trabajo honesto (?)

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