Capítulo 12

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Cuando entro al Viejo Salón sonrío al ver que Azael ya se encuentra sentado frente al piano.

― Supongo que te has tomado el contrato muy en serio.― mi voz resuena en toda el aula y lo hace despertar

Azael Le' Brun se voltea hasta quedar en frente de mí.

― Claro, mi reputación profesional está en juego. Debo enseñarle a una chica aprender a tocar el piano en el menor tiempo posible.― su sonrisa es una juguetona y me divierte verlo actuar de esa manera

― Oh, vaya problema.― puntualizo exagerando con mis dos manos

Veo asomarse una sonrisa ladeada en su rostro.

― El tiempo está en nuestra contra.― habla en un tono más bajo de lo usual

Pienso en lo que acaba de decir, y la verdad yo no podría estar en desacuerdo con él.

Me doy cuenta que Azael fija su vista en el sobre amarillo que contengo en mis manos.

― ¿Qué es?― el chico de mirada color miel pregunta extremadamente curioso

― Es el contrato que postulamos ayer en papel.― menciono seria, juego a interpretar el rol de abogada

Las fuertes carcajadas de Azael Le' Brun se escuchan por todo el Viejo Salón.

― No te burles, tener el contrato en papel lo hace real.― tomo confianza y golpeo su firme pecho con el sobre amarillo― Así me aseguro de que ambos daremos lo mejor de nosotros mismos.

― ¿No te bastaba con mi palabra?― menciona haciendo un gesto incrédulo

Mi silencio es su respuesta.

― Bien. ¿Dónde firmo?― bufa

Trato de ocultar mi sonrisa, pero fallo en el intento. Abro el sobre y le paso la hoja que debe llevar su firma.

― Ya yo he firmado.― digo orgullosa

― Me he dado cuenta, Daiana.― me entrega el contrato finalmente firmado por él.― Comencemos, no tenemos tiempo que perder.

Acepto y camino hacia donde se encontraba el piano.

Al acercarme veo pequeñas flores hechas de partituras musicales sobre cada tecla del enorme piano.

Wow, eran preciosas. Seguro alguien las había olvidado. ¿Quién podría tomarse el tiempo de hacerlas?

― ¿Y estas flores?

― Son para ti.― su voz ronca se hace escuchar

Me giro hacia él y mi respiración se detiene.

Logro sentir alas revolotear en las paredes de mi estómago. ¿Acaso necesito una prueba de audición? Me temía estar soñando y realmente en este preciso momento lo menos que quería era soñar despierta.

― Es mi manera de disculparme contigo.― puedo percibir nervioso a Azael Le' Brun por como mueve sus manos

Vuelvo a mirar las flores, me quedo embobada mientras lo escucho hablar.

¡Vaya, al parecer este momento sí está pasando!

― No sabía cuál eran tus flores favoritas, así que hice estas durante el periodo de clases. ― el chico de mirada color miel acerca su mano izquierda a su cuello para aflojar su camisa de botones―Además, me temía que si fueran reales fueras alérgica a ellas.

Sonrío.

Vuelvo y observo a detalle las flores hechas a mano con partituras. Me parece tan tierno y perfecto este detalle.

Entre sueños y melodíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora