Capítulo 9

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Ya han acontecido dos largos meses y medio desde que llegué a Australia. Podría decir que he mejorado en cuanto a mis lecciones de piano, aun no era una experta, pero ya podía tocar una canción completa. Algo era algo y estaba contenta con mi progreso.

Justo ahora me encontraba en el Viejo Salón, esperando al chico de mirada color miel. Mi reloj marcaba las 4:00pm y se me hacía raro no encontrarme con Azael. Ese chico siempre se presentaba puntual.

Al pasar unos cinco minutos y él todavía no llegar, decido inspeccionar todo el salón hasta llegar a uno de los estantes de libros que había al fondo.

Demasiados libros de distintos colores y clases llenaban todo el estante. Sin pensarlo dos veces tomo entre mis manos un libro de portada cuyo color es blanco y tiene flores amarillas. Tomo este ya que me llama la atención su portada, además tiene flores de color amarillo y cabe destacar que ese es mi color favorito. Paso suavemente las páginas del libro y noto que se trata de poesía. Me pregunto si podría tomarlo prestado y devolverlo luego de hacer una buena lectura. Comienzo a leer una página al azar.

ahora
no es momento
de quedarse calladas
o de hacer un hueco
cuando ni siquiera hay huecos
ahora
es momento
de abrir la boca
de gritar tan alto como necesitemos
para que nos oigan

-El sol y sus flores

Me he quedado estupefacta al leer ese poema. Siento que de una forma u otra me estuviera hablando indirectamente al leer cada frase. Con gusto sigo leyendo uno tras otro hasta que recuerdo que aún no hay ningún rastro de Azael Le' Brun.

Comienzo a ponerme ansiosa al ver mi reloj que marcaba las 4:28pm.

Luego de dos minutos más ya me estaba creando la idea de que podría haberle pasado algo y por tal motivo no había llegado al Viejo Salón. No tenía manera de comunicarme con Azael, no podría enviarle un mensaje o algo tan siquiera.

Luego de unos segundos, recuerdo el número desconocido que me ha enviado mensajes estos últimos días sobre cuando serían las lecciones de piano. Dudo en ponerme en contacto ya que no estoy segura si ese número desconocido es realmente de Azael Le' Brun.

En último instante decido llamar a mi hermano para que me recoja en la escuela y finalmente llegar a casa.

♪♪♪

Cohibida en mis pensamientos observo la naturaleza y el atardecer a través de la ventanilla del auto.

― ¿Sucede algo, Daiana?― mi hermano Dustin pregunta mientras conduce por la carretera

― No, nada importante.― digo absorta en mis pensamientos

Miento, me preocupaba de cierta manera Azael. No se había contactado. Ni tan siquiera dejó una nota o algo para avisar que no habría lección de piano en el día de hoy. Quizás, pudo haberle sucedido una emergencia.

― ¿Podrías prestarme un segundo tu celular, por favor?― le pido teniendo una idea en mente

― Claro. Está en mi mochila.― avisa Dustin

Una idea recorre mi cabeza y pienso ejecutarla.

Tomo la mochila de mi hermano y de primera instancia encuentro su celular en el primer bolsillo de esta. Directamente me dirijo a sus contactos y se me hace fácil encontrar el número que buscaba ya que su nombre comienza con la letra A.

Veo su número de celular y me resulta conocido. Rápidamente busco mi celular en el bolsillo de mi falda. Cuando tengo mi celular en mis manos me dirijo al buzón de mensajes de texto y encuentro el número desconocido. Al compararlo me doy cuenta que es el mismo número telefónico que tanto ansiaba confirmar.

Entre sueños y melodíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora