Capítulo 11

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― Afuera de la playa hay un lugar donde rentan tablas de surf. Puedes rentar una y así podremos nadar todos juntos.

― ¡Claro! Es buena idea, Olivia.― Theo celebra la idea de la novia de Azael

― Supongo que sí.― concuerdo honestamente

― Si quieres puedo acompañarte.― se ofrece la chica de ojos verdes

Me sorprende su amabilidad.

― No te preocupes, no quiero molestar.― justifico

― Para mí no es molestia, al contrario.― insiste mientras me muestra una gigante sonrisa

Observo a Ilana y a Charlotte quienes se ven muy conversadoras con Dustin y Theo.

― De acuerdo.

Elijo aceptar la oferta de Olivia.

♪♪♪

Luego de haber rentado una tabla de surf Billabong de color blanca con pronunciadas líneas de tono azul oscuro ya estaba lista para la diversión y adentrarme a las olas.

― ¿Vas a surfear así?― me pregunta Charlotte

Bajo mi vista a mi cuerpo y entiendo al instante. Todavía llevaba puesto un pantalón corto de deporte color naranja y una camisa de botones con estampado.

― Ops, debo cambiarme.

― Anda, vamos a tomar un bronceado. Mi piel lo pide a gritos.― se suma Ilana

― Debo agradecerle a Dios de que no hayas traído tus botas a la playa.― puntualiza la pelirroja mientras une sus manos en oración y mira al cielo

― Muy graciosa, Charlotte.― menciono sarcástica

Libero mi cuerpo de las prendas de ropa que llevaba puesta, dejando al descubierto mi traje de baño color negro.

― ¡Wow!

La exclamación de mi amiga Ilana hacen que tome atención a lo que dice.

― ¿Qué sucede?― inquiero

― ¡Daiana, te ves increíble!

― Gracias Ilana. ¡Tú y Charlotte están muy guapas!

Sonrío porque era cierto. Charlotte llevaba un bañador de dos piezas color fucsia que marcaban bien sus curvas. Por otro lado, Ilana llevaba un bañador de dos piezas de color azul turquesa. Me alegraba saber que ninguna de nosotras teníamos algún tipo de complejo con nuestro cuerpo aunque lleváramos marcas y líneas tatuadas en nuestra piel, las famosas estrías. Además, mi abdomen no era exactamente plano y eso estaba bien. Mis mejores amigas y yo estamos muy conscientes de que somos mujeres como cualquier otra y eso conlleva a amar cada imperfección que lleve nuestra piel y cuerpo.

― ¡Dense prisa chicas!― mi hermano grita trepado a su tabla de surf

― ¡Allá vamos!― hablamos las tres al unísono

Charlotte e Ilana toman sus tablas y se echan a correr hasta llegar a la orilla del mar.

Tomo mi tabla rentada no sin antes liberar mi cabello corto de la coleta que llevaba. El viento hacia bailar las ondas de mi cabello causándome cosquillas en mi cuello.

♪♪♪

Había pasado ya una hora y el sol comenzaba a esconderse. Realmente nos estábamos divirtiendo en el mar. A pesar de que Charlotte se caía de la tabla un millón de veces.

― El surf es agotador.

Charlotte trata de permanecer sentada en su tabla, pero falla en el intento cuando es atacada por una ola.

Entre sueños y melodíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora