Capítulo 5

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Ya habían pasado tres semanas desde que comencé en el Colegio Adams. Me sentía un poco abrumada y atrasada en cuanto a mis metas establecidas para este semestre ya que no había podido comenzar aún mis clases de piano. Después de haber buscado múltiples opciones ninguna concordaba con mi horario escolar.

Salgo de mis pensamientos cuando observo a un pequeño grupo de personas observando el boletín informativo del Colegio Adams en una de las enormes paredes blancas. Me llama la curiosidad, así que también me dispongo a leer todos los anuncios.

Al leer, veo papeles impresos que dictan Feria de Ciencia y Astronomía, Audiciones de Porrismo y así sucesivamente. Nada llamaba mi atención, hasta que por obra del destino veo un papel que logra que mi corazón de un brinco de alegría.

Clases de piano- Interesados favor de llenar formulario en el Aula 5-A de Música.

Presiono el icono de cámara en mi celular a primera instancia y le tomo una foto al volante pegado a la pared.

― Creo que ya he conseguido mis clases de piano.― me hablo a mi misma

Sorprendentemente no tardo ni un minuto en encontrar el aula de clases 5-A. Ya cuando estoy dentro veo que hay un profesor dialogando con otro estudiante del colegio.

― ¡Buenos días!― saludo

Mi emoción e interés actualmente son mucho mayor que mi cordialidad así que no pierdo tiempo y me limito en rodeos innecesarios.

― Acabo de ver el volante que indica que estarán ofreciendo clases de piano. Me interesa llenar el formulario.

― ¡Claro! En un momento lo traigo.― habla un hombre que usaba anteojos

Llevaba facha de profesor así que asumo que es uno.

Mientras el profesor se acerca a su escritorio, observo el aula de música. Es demasiado grande y cuenta con toda clase instrumentos. Me llama la atención que no veo un piano así que me doy la tarea de estudiar el aula con más atención. El área izquierda del aula cuenta con asientos de color negro y a su vez, el lado derecho tiene los instrumentos de percusión.

― Este es el formulario, solo debes llenar la información que te solicita.― me indica muy amable el profesor

― ¡Gracias!

Ha decir verdad, en tan solo unos segundos había finalizado de llenar el pequeño pedazo de papel. No pedía información relevante.

― ¿Cuándo comenzaría las clases? ¿Usted será el profesor, verdad? ¿Serán en esta aula? No veo el piano por ningún lado.

Veo como el profesor suelta una ligera carcajada debido a mi invasión de preguntas.

Confirmo. En ocasiones llegaba a perder el control de mí si me emocionaba demasiado con las situaciones o cosas que son de mi interés.

― La semana entrante comienzas las clases de piano.― anuncia el profesor

Ahogo un grito de emoción, no me esperaba que fuera tan pronto. Tras mi acto, escucho al profesor reír nuevamente.

― En cuanto a tu segunda interrogante, la respuesta es no. No seré el profesor encargado de brindar las clases de piano.

― ¿No?

Pienso en quién podría ser.

― Será un estudiante de nuestro colegio. Es un chico muy talentoso y cuenta con la capacidad suficiente para impartir las clases.

Realmente me sorprendo de que sea un estudiante el que brinde las clases de piano. Hasta comienzo a sentir admiración por ese chico sin aún conocerlo.

Entre sueños y melodíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora