XLI

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Mi mejor amiga Melany había desaparecido; después de algunos meses, las autoridades cancelaron la búsqueda y un ataúd vacío fue enterrado en su nombre, en el funeral el hermano de Melany se acercó a mí y conversamos un buen rato, después de eso nos hicimos amigos, supongo que el dolor de la pérdida de su hermana fue lo que lo acercó a mí.

Ayer me invitó al lago para pescar y yo ingenuamente accedí, debí ser más lista, debí sospechar cuando me dijo que las piedras y las cuerdas eran para improvisar un ancla en caso de ser necesario, debí ser mucho más rápida cuando estando en el bote en medio del lago se abalanzó sobre mí, debí ser mucho más fuerte cuando me ató de manos y pies, para luego tirarme por la borda.

Estando ahí en el agua a punto de morir fue donde la ví, atada igual que yo, en el fondo del lago estaba Melany...
Su cuerpo estaba en estado de descomposición y su cara hinchada por todo el tiempo que llevaba ahí abajo, pero era ella.

Mientras poco a poco el oxígeno que me quedaba en los pulmones se iba agotando... Una pregunta quemaba mi mente moribunda, y con mis últimos segundos de vida solo pude preguntarme, ¿Cómo lo supo?

¿Cómo supo que aquí fue donde arrojé el cuerpo de su querida y estúpida hermana?

𝕮𝐮𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝕸𝐨𝐧𝐬𝐭𝐫𝐮𝐨𝐬.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora