XXXIV

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Justo cuando me aplican la anestesia antes de la operación, el cirujano se inclinó hacia mí y susurró:

—Lo siento, pero eres compatible y mi hija necesita un corazón nuevo

𝕮𝐮𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝕸𝐨𝐧𝐬𝐭𝐫𝐮𝐨𝐬.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora